- El perfil de 'rainmaker' de Orcel es muy cotizado en el mundo de la banca de inversión
Tras el fallido nombramiento de Andrea Orcel como consejero delegado de Santander, su futuro, una vez que salga de UBS, empieza a aclararse. Entre los posibles destinos -dispuestos a pagarle el bonus que no quiso abonar el banco español- a los que está estudiando incorporarse el banquero italiano, fuentes del mercado citan un gran banco de inversión estadounidense o Renault, una compañía alejada del mundo financiero, pero cuyo futuro pasa por una fusión como planeaba Carlos Ghosn.
La razón esgrimida por Santander para justificar la marcha atrás en el fichaje de Orcel es que no puede permitirse asumir el coste de su incorporación por cuestiones reputacionales, ya que implica el pago de las retribuciones diferidas que el directivo ha acumulado en UBS durante siete años y que ascienden a 55 millones de euros. Santander y UBS negociaron durante meses el abono de esta cantidad a Orcel -el grueso de la cual fue generada por la operación de Antonveneta del propio Santander-, que habría perdido con su marcha.
Tras este episodio, las opciones que tiene Orcel para poder cobrar ese bonus pasan bien por jubilarse, en cuyo caso UBS estaría obligado a pagárselo, o bien por incorporarse a otra compañía dispuesta a asumir ese coste.
Más allá de Santander, hay entidades financieras de mayor tamaño y donde los elevados salarios no son un problema reputacional que sí podrían permitirse contar con Orcel en sus filas, aun a este coste, como los grandes bancos estadounidenses. Hay que recordar que el banquero realizó casi toda su carrera en Merrill Lynch, entidad que abandonó tras su absorción por Bank of America para incorporarse a UBS en 2012.
En el mercado se especula con la posibilidad de que alguna de esas grandes entidades aproveche el fallido fichaje de Santander para incorporar a su plantilla a este banquero debido a su perfil de "rainmaker", como se conoce en el mundillo a los banqueros de negocios que llevan a sus nuevas compañías a sus clientes o las cuentas que gestionaban. Este perfil es muy escaso y, por ello, muy valorado en el sector. Entre los grandes clientes de Orcel en UBS se encuentran el propio Santander y buena parte de las principales entidades europeas.
No obstante, otras fuentes aseguran que Orcel también contempla la posibilidad de irse a otra empresa que no pertenezca al mundo financiero. Entre las posibles opciones, una de las que suena con más fuerza es Renault, un compañía con futuro incierto tras la detención de Carlos Ghosn, que sigue en prisión tras más de 60 días.
Antes de su detención, Ghosn -conocido en el sector con apodos como Mr. Fix It o Cost killer por la agresiva política de gestión que le permitió salvar a Nissan de la quiebra- se encontraba gestando la fusión entre Nissan y Renault. Para llevarse a cabo la operación, debe superar la oposición del fabricante japonés (que desconfía de los franceses tras el escándalo) y del Gobierno galo, que aún mantiene un 15% del capital del fabricante de automóviles. En esta situación, un perfil como el de Orcel sería el ideal para poder reconducir la fusión.
Por el momento, de acuerdo con la prensa francesa, el consejo de administración de Renault está sopesando poner al mando de la empresa a un tándem formado por Thierry Bolloré, adjunto a Ghosn y responsable de las funciones del directivo en su ausencia, y Jean-Dominique Senard, presidente de Michelin. Este jueves el consejo de administración tomará una decisión.
EL BONUS ENGORDA
Al millonario bonus al que Orcel tiene derecho se suma ahora la retribución diferida correspondiente a 2018, un ejercicio que UBS cerró con un beneficio cercano a 5.000 millones de euros, de acuerdo con las cuentas echas públicas el lunes. Esto implica que la entidad multiplica por cinco sus ganancias del año anterior, aunque deja sus resultados por debajo de las expectativas del mercado. En el segmento de banca de inversión, el que ha estado bajo la batuta de Orcel durante los últimos siete años, registró un beneficio de 1.607 millones de euros, un 20% más que un año antes.
Por su trabajo durante este último ejercicio, Orcel, que se encuentra en el periodo de garden leave (el plazo de unos seis meses que tiene que pasar 'en barbecho' un alto directivo para abandonar una empresa), también tiene derecho a percibir un bonus, que se sumaría a los 55 millones que acumuló en los años anteriores, de acuerdo con fuentes conocedoras de la situación. Esta circunstancia podría tensionar aún más las negociaciones que mantiene con UBS por su salida después de que Santander le haya cerrado la puerta para no hacer frente a este coste.