Como cabía esperar, el sector financiero no está a favor del impuesto a la banca que quiere crear el Gobierno. Las dos patronales bancarias, AEB y Ceca, han advertido en un comunicado conjunto de que este nuevo tributo afectaría a la solvencia del sector a cambio de una baja recaudación.
“El establecimiento de un gravamen singular sobre el sector podría tener unos efectos recaudatorios inferiores a los pretendidos y, sin embargo, afectar de forma muy negativa a la solvencia del mismo”, apuntan ambas asociaciones.
Poner en riesgo la solvencia de la banca no sería el único efecto negativo de esta nueva figura impositiva, según los representantes de los bancos. La medida conllevaría una desventaja competitiva para la banca española a nivel europeo y, además, supondría un “sobrecoste adicional” que complicaría el acceso a los mercados de capitales de las entidades.
Asimismo, constituiría un “obstáculo” al “relevante papel” de la banca en la economía y la sociedad, “con especial incidencia en lo que hace a su contribución al empleo y al desarrollo de la actividad económica a través de la concesión del crédito”, señalan las patronales.
Este impuesto a la banca, que el Gobierno no ha concretado cómo se materializará, implicaría gravar un sector cuya ponderación en la economía y los beneficios empresariales se encuentra en torno al 3%. “Si la solución a este problema requiere aumentar los ingresos públicos, todos los agentes deben contribuir a sufragarlo de manera equitativa”, sugieren ambas patronales.
Las patronales señalan que el objetivo de este impuesto finalista, aumentar los ingresos de la Seguridad Social para financiar las pensiones, “se puede compartir”. En todo caso, indican que “la creación de nuevos gravámenes a la banca no constituye una solución adecuada, porque sería injusta y porque conllevaría efectos colaterales perjudiciales para la economía española en general”.
Este comunicado llega días después de que el Gobierno confirmara que crearía un impuesto a la banca y al día siguiente de que la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, apuntara que esta nueva figura impositiva no encarecerá el crédito. La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, por su parte, confió también ayer en que los bancos serían "solidarios" y no repercutirían el sobrecoste del impuesto a sus clientes.