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Los bancos españoles no han conseguido al cierre de 2018 librarse de la presión de los inversores bajistas, que a lo largo del año elevaron sus posiciones en la mitad de las entidades cotizadas, con especial incidencia en Bankia y Sabadell. Mientras, en el resto de los bancos han aliviado su apuesta en corto, que en conjunto equivale a unos 862 millones de euros. En todo caso, se juegan a la baja más que un año antes.

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Bankia es, de todos los bancos españoles cotizados, el que más porcentaje de este tipo de operativa presentaba al cierre del pasado año. El 21 de diciembre, fecha del último registro que ofrece la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), los cortos estaban presentes en el 4,65% de su capital, lo que equivale a unos 367 millones de euros. Un año antes, la porción se situaba en el 2,49%.

Los fondos AQR Capital Management (1,09%), BlackRock (0,6%), Marshall Wace (+0,6%) y Samlyn Capital (+0,51%) son los que más apuestan a que la acción de Bankia caerá, de acuerdo con los registros del supervisor.

También están fuertes en Sabadell, donde la apuesta bajista era del 1,78% al cierre de 2018. Esta proporción equivale a unos 100 millones de euros, por encima del registro de un año antes, que era del 0,81%. Durante el año tocaron su nivel máximo en junio, con el 1,59%, aunque esta cifra se queda lejos de su máximo histórico, que superó el 5,1% en 2015. Al cierre de diciembre, el hedge fund Marshall Wace apostaba por la caída de la acción de Sabadell con el equivalente al 0,79% de su capital.

En el resto de las entidades, la proporción de cortos al cierre del año era menor del 1%, concretamente del 0,71% en BBVA, del 0,5% en Bankinter, del 0,29% en Unicaja, del 0,21% en Santander y del 0,2% en Liberbank. En cuanto a CaixaBank, el supervisor no indica el porcentaje de bajistas que tenía, pues se encuentra por debajo del 0,2%, que es el umbral que establece la CNMV para publicar el dato.

OPERATIVA PERMITIDA EN ESPAÑA

La operativa de las posiciones cortas consiste en tomar prestadas acciones para venderlas cuando el inversor las recibe y recomprarlas cuando debe devolverlas. Se trata de una apuesta por una acción a la baja, pues el inversor solo gana dinero si en ese tiempo el título se encarece.

La operativa en corto está permitida en España y su no prohibición ha sido defendida en alguna ocasión por el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, que la considera un instrumento más del mercado. "No hay mercado desarrollado que no sea permisivo con operaciones en corto", explicó en una comparecencia en el Congreso. Especialmente tras la resolución de Popular, cuando se acusó al supervisor de no haber actuado para frenar las apuestas bajistas, a lo que el organismo que preside Albella se defendió alegando que los cortos no fueron los responsables de la caída de Popular.

No obstante, en 2017 esta operativa estuvo prohibida durante cinco meses en el caso de Liberbank, inicialmente por su rápido aumento como contagio por la intervención del banco ahora propiedad de Santander. La suspensión de los cortos fue prorrogada en dos ocasiones, en la última de ellas debido a la ampliación de capital de 500 millones que estaba llevando a cabo la entidad.

El próximo lunes correspondería publicar el siguiente dato, si bien no podrá compararse con ejercicios anteriores, pues la CNMV ha decidido limitar la información de cortos que da al mercado. Desde este año, aunque las entidades tengan la obligación de comunicar si los bajistas superan el 0,2% de su capital, el supervisor solo publicará las que están por encima de 0,5%, como ocurre en el resto de Europa. Hasta el momento, se publicaban siempre que fueran mayores a 0,2%.

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