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ASOS se ha hundido un 23% aunque ha llegado a caer un 27% en la bolsa de Londres. La textil británica ha lanzado su segundo profit warning en solo unos meses (lanzó el primero a mediados de diciembre de 2018) debido a una fuerte reestructuración de sus almacenes en EEUU y Europa.
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Todo esto ha desembocado en la escasa disponibilidad de stock de sus productos y, por tanto, han tenido que sacrificar ventas y, al mismo tiempo costes, en ese proceso.
Pese a todo, Asos informó que hasta el 30 de junio ha mantenido un crecimiento de ventas del 12% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Y todo, gracias a su mayor protagonismo en el mercado británico, donde sus ventas se dispararon un 16%.
Desde AJ Bell señalan que "tener una marca fuerte no es lo único para prosperar en el mundo de la industria minorista online y es que también es necesaria la capacidad de administrar el negocio intradía y, dentro de esto, todo lo relacionado con stock, almacén y atención al cliente".
Esta casa de análisis reconoce que "la época dorada de Asos parece ahora un recuerdo lejano y ahora más que nunca corre el peligro de perder clientes ante su competencia si no soluciona sus problemas rápidamente ya que vivimos en un mundo impaciente".
Finalizan su veredicto aseverando que "los problemas operativos son además malos para la reputación puesto que los consumidores pierden la confianza en la marca al no poder tener lo que quieren cuando quieren".
Por su parte, Harlan Matthews, otro analista del sector, recuerda que "las acciones de ASOS han caído un 60% en 2018 y es probable que mantengan la volatilidad hasta que solucione sus problemas porque los inversores se mantienen cautelosos respecto al título".
A su vez, los analistas de Hargreaves Lansdown destacan que "ASOS ha sido siempre la cenicienta del mercado, luchando contra las adversidades aunque el crecimiento siempre ha sido su talón de Aquiles durante años y esto seguirá afectando a sus ganancias".
