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ArcelorMittal ha protestado ante el Gobierno italiano por no ser informada por el mismo de la apertura del procedimiento burocrático para situar bajo administración especial la principal siderúrgica del país, Acciaierie d'Italia, con vistas a su nacionalización completa.
Según ha denunciado la compañía en una carta a la que ha tenido acceso 'Bloomberg', la acerera ha censurado que no se le haya comunicado la iniciativa, máxime cuando en las últimas semanas se han abierto conversaciones para la salida ordenada de ArcelorMittal de la planta sita en Tarento (sur de Italia) y participada al 62% por la multinacional y al 38% restante por la entidad pública Invitalia.
El propio Ejecutivo encabezado por la primera ministra Georgia Meloni ya manifestó a mediados de enero su intención de hacerse con la fábrica, que ha calificado de interés estratégico, después de reunirse con organizaciones sindicales. Esta consideración facultaría al Estado a ponerla bajo la figura de la administración especial, incluso a pesar de la oposición de actores privados.
En cualquier caso, la medida sería temporal, ya que el Gobierno estaría buscando nuevos socios, pero requerirá de un préstamo puente de 320 millones de euros para garantizar la continuidad de las operaciones de la empresa.
La fábrica da empleo actualmente a unas 10.000 personas, aunque funciona por debajo de su capacidad, ya que produce menos de cuatro millones de toneladas de acero al año cuando podría alcanzar cerca de los diez millones.