• La inversores han rotado hacia activos con mejores previsiones
  • También influye el temor a un aumento del proteccionismo a escala mundial
tienda apple

Facebook, Amazon, Netflix y Google (ahora Alphabet). Cuatro grandes representantes de la nueva hornada tecnológica de EEUU, integrantes del denominado grupo de los 'FANG stocks'. Un acrónimo para englobar el comportamiento de este tipo de compañías, a las que se suman nombres como Apple y Microsoft para significar a las ‘majors’ de la tecnología norteamericana. Y todos tienen en común una cosa últimamente: su comportamiento en bolsa ha sido bastante peor que la media del mercado desde que Donald Trump se convirtió en el 45º presidente de los Estados Unidos.

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El Nasdaq 100, el índice que agrupa a todas estas empresas tecnológicas, ha mostrado una clara divergencia bajista frente al Dow Jones desde que ganó el controvertido millonario. Este índice, además, suele actuar como un indicador adelantado de la bolsa americana, por lo que su negativo comportamiento ha puesto en guardia a muchos analistas técnicos. Y en este índice tienen un peso destacado los 'FANG stocks', además de Apple y Microsoft. Por su capitalización y por su relevancia.

Esa caídas responden a que sobre estos trasatlánticos tecnológicos se ciernen algunos nubarrones tras la victoria de Trump, aunque también hay algunos vientos de cola que pueden favorecerles. En primer lugar, Marisa Cabrita, analista de Orey Financial, menciona la Gran Rotación de activos que se ha producido en Wall Street para explicar su mal comportamiento a corto plazo. Los inversores han realizado ganancias en el sector tecnologico, que se había comportado muy bien hasta la fecha, ya que había subido un 11% en 2016 hasta las elecciones, para meter su dinero en otros sectores.

Tras un comportamiento espectacular de muchas tecnológicas, muchos inversores están recogiendo beneficios para orientar su cartera hacia otros sectores

Por otro lado, esta experta señala “la expectativa de medidas proteccionistas” por parte de la Administración Trump. Y esta expectativa, en un sector tecnológico muy globalizado, “exacerba la reducción de las previsiones y en consecuencia de los ingresos potenciales”. Otro matiz importante que puede perjudicar a las tecnológicas es la mayor dureza de las leyes de inmigración, que puede “limitar la capacidad de atraer a profesionales altamente cualificados”. Alejandro Núñez, analista de XTB, coincide en la influencia que puede tener el endurecimiento de la política migratoria. Además, Marisa Cabrita señala la penalización por trasladar la producción al extranjero, que podría afectar a su competitividad.

Desde SelfBank, Felipe López introduce otro matiz interesante. Muchos grandes grupos tecnológicos habían apoyado de manera más o menos explícita a Hillary Clinton, lo que le hace pensar que “los propios directivos de estas empresas no querían ver a Donald Trump en la Casa Blanca”. Este experto también menciona la rotación de carteras para explicar su caída en bolsa y el ascenso de otros sectores como bancos, empresas industriales y farmacéuticas. “Tras un comportamiento espectacular de muchas tecnológicas, muchos inversores están recogiendo beneficios para orientar su cartera hacia los sectores que a priori se verán más favorecidos por las políticas de Trump”, argumenta López.

EL GRAN TEMOR: AUMENTO DEL PROTECCIONISMO

Aunque, quizás, el gran temor que hace sufrir a las tecnológicas es el previsible aumento del proteccionismo comercial en la Administración Trump. Los gigantes americanos del sector tienen grandes intereses en todos los mercados internacionales, sobre todo en China, tanto en el aspecto de las ventas como de su producción.

“La adopción de medidas proteccionistas puede conducir a la reducción de las ventas directas en el exterior”, afirma Marisa Cabrita. “Al mismo tiempo”, añade esta experta, “la reducción de los flujos comerciales puede contribuir a la desaceleración de la actividad económica mundial”, lo que finalmente puede penalizar el potencial de crecimiento de los ingresos de las empresas globales, incluyendo a las tecnológicas.

Apple es la que mayor proporción de ventas obtiene fuera de EEUU y es más sensible a las fluctuaciones del dólar, a los costes de fabricación en el extranjero y a una hipotética guerra comercial entre China y EEUU

Si el proteccionismo aumenta y estas empresas no pueden expandirse en los mercados emergentes, su potencial de crecimiento se reducirá y su comportamiento en bolsa no será tan positivo. “Dentro de las grandes, Apple es la que mayor proporción de ventas obtiene fuera de EEUU, por lo que es la más sensible a las fluctuaciones del dólar, a los costes de fabricación en el extranjero y a una hipotética guerra comercial entre China y EEUU”, sostiene Felipe López. Y pone como ejemplo que el fabricante del iPhone consigue el 22% de las ventas en China. Y “si la administración Trump impone aranceles a los productos chinos, no sería de extrañar que China haga lo propio”, afirma este experto.

En este sentido, Alejandro Núñez comenta que si Apple se viera obligada a fabricar sus productos en EEUU, “los costes, tantos fijos como marginales, serán más elevados”, lo que afectaría al precio final de sus productos. Esto, a su vez, provocaría “una gran reducción de la demanda por parte de los consumidores”, que afectaría a las exportaciones americanas.

VACACIONES FISCALES Y FORTALEZA DEL DÓLAR

Como factor positivo para el conjunto del sector, aparecen las 'vacaciones fiscales' que Trump contempla dar a las empresas para que realicen una repatriación de las importantes reservas de efectivo que mantienen en otros países para no pagar impuestos en EEUU.

Otra gran cuestión es saber cómo afectará a su negocio la evolución del dólar y la previsión de que la divisa americana se fortalezca a medio y largo plazo

“Creemos que una potencial 'amnistía fiscal' y la reducción de la tasa sobre los fondos repatriados del 35% al 10% serían factores muy positivos”, afirma Marisa Cabrita. Por ejemplo, Morgan Stanley estima que Apple podría ser el más beneficiado, ya que alrededor del 37% de su valor proviene de sus reservas de efectivo en el extranjero. Repatriar esas reservas aumentaría “la posibilidad de adquisición de acciones” y de elevar los dividendos, añade.

Felipe López también señala que si se produce la rebaja de impuestos a los fondos repatriados, esto será “uno de los pocos motivos por los que (las tecnológicas) se habrán alegrado de la llegada de Trump al poder.” Sin embargo, Alejandro Núñez subraya que los países en donde se encuentran esos fondos pueden imponer “diversas políticas proteccionistas para evitar esa fuga de capital”.

Otra gran cuestión es saber cómo afectará a su negocio la evolución del dólar y la previsión de que la divisa americana se fortalezca a medio y largo plazo con la presidencia de Trump (algunos analistas anticipan ya la partidad euro/dólar). Marisa Cabrita señala que un dólar más fuerte “inevitablemente” encarece los productos de estas empresas para los consumidores extranjeros, lo que puede reducir los ingresos internacionales, algo “similar a lo que ya se ha observado en los últimos trimestres”. La fortaleza del dólar perjudica sobre todo a Apple, que obtiene gran parte de sus ingresos en el exterior. “Sin embargo, la compañía ha demostrado en el pasado saber lidiar con esta circunstancia mediante coberturas de riesgo divisa o incremento de precios en países concretos”, afirma Felipe López.

El sector tecnológico afronta numerosas incertidumbres con la nueva Administración Trump. Habrá que ver cuáles son las políticas reales que aplica el nuevo presidente a partir de su toma de posesión el próximo 20 de enero. Sin lugar a dudas, un aumento del proteccionismo, junto a una política migratoria más dura y un dólar más fuerte pueden suponer un duro lastre para los 'FANG stocks' y empresas como Apple. Hay otros sectores que pueden verse más favorecidos y el mercado ya ha comenzado a descontarlo.

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