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Me van a perdonar la analogía futbolera, pero existen grandes similitudes entre Apple y el Real Madrid. Ambos han cometido errores imperdonables y han sido dados por muertos en muchísimas ocasiones. Pero siempre resucitan, no se sabe muy bien cómo, y acaban superando a todos sus competidores.

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Como sabe todo aficionado al fútbol, la temporada del Real Madrid en España no ha podido ser más nefasta: perdió la Liga en enero, está a 15 puntos del campeón Barcelona (y probablemente serán 18 este domingo), fue eliminado de la Copa por el Leganés en el Bernabéu y ha protagonizado espectáculos tan bochornosos como los vividos contra el Villarreal, el Girona o el Levante.

Pero ahí lo tienen: a base de coraje, de la calidad de sus estrellas, de bastante suerte y de algo de polémica, se ha metido en su tercera final consecutiva de la Champions con una trayectoria que no ha sido precisamente fácil: Tottenham y Borussia Dortmund en la fase de grupos, y después, Paris Saint-Germain, Juventus y Bayern. Y encima, es favorito en las apuestas para llevarse el trofeo frente al Liverpool, algo que dejaría un récord muy difícil de igualar en muchísimo tiempo.

Pues con Apple lleva pasando lo mismo desde hace años; concretamente, desde el fallecimiento de Steve Jobs. Que si nunca será lo mismo que en vida de su fundador, que si la demanda pincha, que si el iPhone X es un fracaso, que si nadie se suscribe a iTunes porque Spotify es mejor... La han dado por muerta y enterrada un montón de veces. Pero siempre se levanta y supera cualquier expectativa.

Los resultados trimestrales conocidos esta semana lo confirman. La compañía ganó 13.822 millones de dólares, un 25% más, y batió todas las expectativas de los analistas. La estrella fue el de siempre, pese a las dudas: el iPhone, con unas ventas récord de 52,2 millones de unidades, impulsadas sobre todo por China.

Pero ahí no acaban las cosas: los ingresos por servicios -no por fabricar cacharros- alcanzaron un récord de 9.200 millones. Estamos hablando de App Store, Apple Music, iCloud y Apple Pay. Y va a ampliar su oferta con vídeo y un nuevo servicio de suscripción. Tim Cook vaticina que esta división generará 50.000 millones anuales en 2021. Y visto lo visto, igual se queda corto. Porque la aplicación de pagos puede ser su punto de entrada en el negocio financiero, algo que pone los pelos de punta a todos los banqueros.

Como no sabe qué hacer con tanto dinero, ha elevado el dividendo y recomprará acciones propias por 100.000 millones (sí, 100.000) de dólares. Así pues, la historia demuestra que apostar contra Apple puede ser un malísimo negocio. Igual que hacerlo contra el Madrid.

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