El grupo de restauración AmRest se estrenó en la bolsa española hace poco más de seis meses y se muestra orgulloso de su decisión: "Cotizar en España da prestigio". Son palabras de su presidente, José Parés, que este miércoles intervino en uno de los paneles del Foro Medcap 2019 para hablar de los retos y ventajas que ha supuesto para el gigante de la restauración su aterrizaje en el parqué español. ¿La clave de ese prestigio? El respeto que se ha ganado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
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Bajo el punto de vista de Parés, la "disciplina" que exige el regulador español no difiere, "en términos generales" similar a la que se exige a las cotizadas en Estados Unidos. "El regulador español tiene el doble paraguas normativo -nacional y Unión Europea- y busca estar a la vanguardia. Eso da gran certidumbre a los inversores", valora el presidente de AmRest.
El grupo, que nació en 1993 en Breslavia (Polonia) trasladó su sede fiscal a España el año pasado, como paso previo a solicitar su entrada en el Mercado Continuo. Amrest empezó a cotizar en la bolsa polaca en 2005 y su presidente señala que ese aprendizaje facilitó mucho el trabajo para el aterrizaje en el mercado español.
La razón principal para venir a la bolsa española fue diversificar su cartera de inversores, muy centrada en institucionales polacos. "No teníamos acceso a los inversores de Londres o Nueva York. El mercado español ofrece acceso a mayor financiación y liquidez en euros, una divisa que desde que compramos La Tagliatella (en 2011) estaba más presente y requeríamos más acceso", explica Parés.
Aunque AmRest miró otros mercados europeos antes de tomar una decisión "España era una salida natural", asegura. "Estudiamos otras opciones como Fráncfort, pero la conclusión a la que llegamos es que la bolsa española encajaba mejor con nuestra estrategia", subraya Parés.
AmRest, dueño de La Tagliatella, es un veterano en el sector de la restauración. Lleva 25 años operando marcas de terceros a través de acuerdos de franquicia o máster franquicia (Starbucks, Burger King, PizzaHut) y, además de la cadena de restaurantes italianos, es el dueño de Blue Frog, Bacoa y Sushi Shop. A día de hoy, la facturación anual supera los 1.500 millones de euros y tiene más de 2.100 restaurantes en una veintena de países en Europa, Oriente Medio y Asia.
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La volatilidad ha definido el desempeño de su valor español desde noviembre. Debutó a 8,76 euros por título y en la siguiente sesión llegó a dispararse un 40% para más tarde caer más de un 2%. Su cotización ha sido irregular, pero ha logrado avanzar hasta los 9,25 euros, un 5,59%.
El problema está en la liquidez del título, coinciden los analistas y reconoce el presidente de AmRest, y aunque ya cuenta con un centenar de inversores españoles, todavía es necesario que el capital flotante se distribuya entre más manos y avivar el interés. Parés asegura que se está trabajando para mejorar esto y que por eso consideran importante "educar y dar visibilidad" al negocio de la compañía, para que los inversores comprendan mejor las fluctuaciones del título y no se sorprendan ante caídas o subidas elevadas. "El inversor puede liquidar su posición en Polonia o en España y suelen elegir el euro", indica.
Eso sí, se descarta realizar una ampliación de capital sólo como remedio a esta falta de liquidez. "Lo importante es tener una estrategia que justifique una ampliación. Incrementar la liquidez porque sí no tiene sentido, igual que no lo tiene acumular caja improductiva en este entorno de tipos de interés o pagar un dividendo extraordinario", sentencia el presidente del grupo de restauración.
El 67% del capital de AmRest está en manos de Finaccess, el grupo controlado por el magnate mexicano Carlos Fernández, y casi otro 14% está en manos de tres inversores relevantes (Artal, Aviva y el fondo de holandés Nationale-Nederlanden Open Pension Fund), dejando menos de un 20% en free float real.