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Las nuevas amenazas del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogán, a su alianza estratégica con Estados Unidos han vuelto a tumbar a la lira turca y suponen un renovado riesgo para BBVA, que va camino de cerrar un 'annus horribilis'. Al impacto reputacional que ha sufrido por el escándalo Villarejo se suma ahora de nuevo el riesgo país que proviene de otra subida de tono por parte de Erdogan.
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El capital de BBVA seguirá sufriendo en 2022 por Turquía, según Barclays"Si es necesario que demos ese paso, está claro que tenemos la autoridad para hacerlo. Si fuera necesario, cerraremos la base de Incirlik", sentenció este domingo el dirigente otomano. Se refería a la base aérea de utilización conjunta de Incirlik, que acoge bombarderos estadounidenses con capacidad nuclear.
El enfado de Erdogan es doble, la Administración Trump ha amagado con imponer más sanciones económicas a Turquía. Además, el Senado americano reconoció la semana pasada el genocidio armenio, que supuso la matanza de más de 1,5 millones de armenios entre 1915 y 1923. Un reconocimiento que escuece especialmente al Gobierno de Ankara, que siempre se ha opuesto a reconocer este oscuro pasado de su historia reciente como un genocidio.
Turquía es aliado de EEUU en el marco de la OTAN y su posición geográfica ha servido a Washington para establecer una base estratégica para reforzar su presencia militar en Oriente Medio, la región más inestable del mundo. La situación de Turquía es vital para la Administración americana y Erdogan es consciente de ello, por lo que al presidente turco no le tiembla la mano a la hora de tensar la cuerda y mandar mensajes a Washington.
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Turquía, los tipos y el IRPH amenazan la cotización de BBVA, pero no VillarejoLa reacción de la lira turca a las amenazas de Erdogan y a cualquier aumento de la tensión entre EEUU y Turquía es prácticamente automática. Este lunes, la divisa otomana se depreciaba un 1% frente al euro, hasta 6,52 unidades por cada euro. Todavía cotiza lejos del nivel de 8,01320 liras/euro de 2018 que supone máximos históricos para el euro y mínimos para la lira, pero el cruce es muy sensible a estas escaladas frecuentes de las tensiones estratégicas.
Frente al dólar (+0,7%; $5,85), los analistas de Capital Bolsa comentan que está superando al alza un triángulo que podría llevarle en un primer objetivo a 5,95 unidades por dólar y después a la zona de 6,20/6,25. Todos estos movimientos volverían a ser negativos para los resultados de BBVA por el efecto del tipo de cambio a la hora de trasladar los beneficios a la cuenta de resultados.
Su exposición a Turquía y a la volatilidad de la lira también afecta a sus ratios de capital. Recientemente, los expertos del banco británico Barclays comentaron que su perfil de riesgo seguirá penalizado al menos hasta 2022 debido a su presencia en mercados emergentes, “principalmente Turquía”.
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El secreto de sumario de BBVA-Villarejo no se levantará hasta declarar todos los imputadosPese a que Barclays elevó su valoración hasta 5,5 euros por acción (el valor cotiza ligeramente por encima de 5 euros) y le otorgó un potencial alcista del 10%, comentó que “Turquía está mostrando mejores métricas, pero no es suficiente como para compensar el riesgo de los desequilibrios económicos”.
“Los riesgos asociados al valor más allá del entorno económico y tipos se concentran en Turquía después de que se hayan bajado los tipos, y el tema de las hipotecas IRPH”, comentó a finales de julio la analista de Renta 4, Nuria Álvarez.
En febrero de 2019, BBVA tuvo que reconocer un impacto de 1.517 millones de euros en el valor de su participación del 49,85% en su filial turca Garanti, que supuso un impacto en su solvencia de 10 puntos básicos. Tras ese ajuste, el valor histórico de su participación en Garanti, que estaba calculado en 7.026 millones de euros, cayó un 21%, hasta un valor en libros de 5.509 millones de euros.
La lira comenzó 2019 ligeramente por debajo de 6 unidades por cada euro y llegó a marcar un máximo anual en mayo cerca de 7 unidades. Así que un nuevo repunte de la divisa hasta ese nivel sería un nuevo problema para BBVA en su particular 'annus horribilis'.