El gigante del comercio digital Amazon se está replanteando la construcción de su proyectada nueva sede en la ciudad de Nueva York después de que la oposición al proyecto haya aumentado en las últimas fechas por parte de políticos y grupos de activistas que alertan sobre las posibles consecuencias negativas que traería, como las subidas de los precios de alquiler y el desplazamiento de la población local, según informa The Washington Post.
La compañía fundada por el hombre más rico del planeta en la actualidad, Jeff Bezos, anunció el pasado mes de noviembre que dividiría su sede de Seattle creando una nueva en Nueva York, para lo que planeaba fundar un campus que llevara 25.000 empleos al distrito neoyorquino de Queens, un proyecto que fue alabado como un logro económico cuando fue anunciado por el gobernador demócrata del Estado, Andrew M. Cuomo.
El fracaso de la operación podría tener, además, un inesperado perjudicado. Europa Press informó en noviembre que Amancio Ortega, a través de su firma de inversión Pontegadea Inmobiliaria, ultimaba la adquisición del activo denominado Troy Block, compuesto por dos edificios y que a su vez forman parte de los 40 inmuebles del proyectado campus de Amazon en Nueva York.
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Amancio Ortega compra parte de la sede central de Amazon por 650 millonesVarios políticos de primera línea, entre ellos la diputada demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, representante del distrito vecino al lugar proyectado por Amazon para su sede, se han unido a las protestas contra el proyecto y se ha iniciado una campaña puerta a puerta para lograr aumentar el apoyo vecinal a la campaña.
Los rumores de que Amazon se estaría planteando no construir la sede, que el Washington Post atribuye a dos fuentes anónimas de la empresa, podrían ser empleados como una amenaza por parte de Amazon que aumente la presión sobre la administración de Nueva York, según admite el propio medio, que es, además, propiedad de Bezos.
Una de las consecuencias del fulgurante crecimiento de Amazon y su sede central en la ciudad de Seattle ha sido la llegada de trabajadores de alta cualificación y altísimos sueldos, lo que ha generado un aumento de los precios y ha obligado a desplazarse a buena parte de la población local, un proceso de gentrificación al que se opone la campaña contraria a la nueva sede de Amazon en Nueva York.