- Entre sus proyectos se encuentra el impulso de un resort de lujo en Cuba
- Su exjefe Enrique Bañuelos no está vinculado "de ninguna manera" al proyecto
Xavier Adserà Gebelli, cerebro financiero de Astroc y cofundador de la firma de inversión catalana Riva & García, emprendió el pasado año una nueva aventura empresarial desde Londres (Reino Unido) el pasado año, entre cuyos objetivos, se encuentra el desarrollo de proyectos turísticos de lujo en Cuba.
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Xavier Adserà Gebelli, cerebro financiero de la colocación en bolsa de Astroc (2006), expresidente del IEAF (la patronal de analistas) y cofundador de la firma de inversión catalana Riva & García, emprendió el pasado año una nueva aventura empresarial desde Londres (Reino Unido), entre cuyos objetivos de inversión, se encuentra el desarrollo de proyectos turísticos de gran lujo en la isla de Cuba, que en el último año de Barack Obama en la Casa Blanca afronta el ‘deshielo’ de un bloqueo comercial desde EEUU que ha durado décadas.
El financiero tarraconense registró el pasado octubre en Londres la firma Adequita Capital, una boutique de banca de negocios para, en sus propias palabras, asesorar, diseñar y financiar “proyectos complejos apoyados a través de sus relaciones comerciales sólidas en Europa, Asia, las Américas y Oriente Medio”. Entre sus proyectos abiertos se encuentra el desarrollo del resort Jibakoba, al norte de la isla, entre La Habana y Varadero.
Se trata de uno de los pocos mercados vírgenes para el desarrollo inmobiliario a nivel internacional. pero que desde 2015 afronta un nuevo escenario tras el deshielo de las relaciones entre EEUU y Cuba. Además de grandes proyectos, Adequita invierte de modo general en “empresas pequeñas y medianas de sectores estratégicos para acelerar su internacionalización”, según explican a Bolsamanía desde la firma.
TRAS LA SOMBRA DE BAÑUELOS
Enrique Bañuelos, con quien compartió proyecto en Veremonte y BCN World, no está vinculado “de ninguna manera” al emprendimiento de Adserá, que es el único accionista de Adequita en este momento. Puede deberse a una situación temporal o a que las últimas aventuras empresariales que protagonizaron ambos a través de Veremonte, el vehículo de inversiones con sede en Holanda del que formaron parte, no acabaron del todo bien.
Fue el caso de Brasil, mercado que los ex Astroc pusieron patas arriba entre 2009 y 2010 con la fusión de tres compañías en el Grupo Agre, que acabó comprada por PDG Realty, una inmobiliaria mayor que vivió su etapa de burbuja y desde noviembre de 2016 afronta la bancarrota. También terminó como el rosario de la aurora la entrada en la tecnológica Amper -donde Bañuelos llegó a tener más del 20% del capital, pero terminó vendiendo aceleradamente- y, en menor medida, de BCN World.
Fue con el esperado ‘Las Vegas’ de Tarragona, tierra natal de Adserà, cuando se separaron los caminos de uno y otro. Se iba a construir en terrenos de La Caixa junto a Port Aventura con el apoyo de la Generalitat, Meliá y grupos internacionales como Melco (juegos) o Hard Rock (hoteles y restauración). Veremonte acabó por salir ante la resistencia de Cataluña a facilitar su instalación en forma de rebajas fiscales al juego o de Isidre Fainé, factotum de La Caixa, que no vio con buenos ojos la presencia de Bañuelos, gran apoyo del Banco Sabadell durante la crisis y uno de los quebraderos de cabeza de algunos de sus grandes clientes mientras presidió Caixa.
Adserà fue ‘el conseguidor’, el responsable del prestigioso elenco de socios internacionales que acudió a respaldar BCN World, según explican fuentes del sector inmobiliario. El financiero logró que el proyecto brillase con mejor luz que los casinos de Adelson y Eurovegas, el proyecto fallido que apadrinó la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre e Ignacio González en plena crisis en España. Tras su salida del proyecto en 2015, donde llegó a ocupar la dirección general, Adserà se refugió en Londres para emprender nuevas aventuras como las que dibuja desde Adequita.
LA ASTROCMANÍA
Desde sus oficinas de Kensington Street en Londres, el ejecutivo catalán ha vuelto a sus inicios, pero con un nivel de clientes de mayor rango al que le llevó a liderar la colocación en bolsa de Astroc en 2006 desde Riva y García junto a Caja Madrid y Banco Sabadell. Aquel episodio se convirtió en la bomba de relojería que explosionó la burbuja bursátil que vivían las inmobiliarias españolas por aquel entonces. Adserà fue uno de los colocadores de Astroc y uno de sus grandes beneficiados de aquel fenómeno bursátil que, en apenas diez meses, subió en bolsa más del 1.000% y superó los 8.000 millones de euros de valor en bolsa. Hace ahora diez años, él vendió sus acciones en la compañía que hoy se conoce como Quabit, con rendimientos superiores al 700% en apenas nueve meses, ingresando unos 4 millones.
Aquellas cifras vertiginosas llevaron a cualquier gran inversor a preguntar por Astroc. Fue uno de los padres junto a Bañuelos de la Astrocmanía, un fenómeno que llevó por la calle de la amargura a Caixa Galicia, Caja Castilla La Mancha y el mismísimo Amancio Ortega, la mayor fortuna española, que perdieron cientos de millones con Astroc. Aquel movimiento de Adserà el 30 de enero de 2007, junto a las ventas en los meses anteriores de Bañuelos, Nozaleda o Abánades, anticiparon lo que vendría después: un crash bursátil sin parangón entre las inmobiliarias que dejó tras de sí una huella de ruina y especulación como poca veces se ha visto en la Bolsa española.