WeWork se ha llegado a disparar un 8% en su debut en Wall Street este jueves. La compañía ha logrado su sueño, saltar al parqué, tras vivir un auténtico calvario. Y todo gracias a su fusión con una SPAC, una de esas empresas de 'cheque en blanco' tan de moda últimamente en EEUU.
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La compañía tuvo que posponer sus planes de salir a bolsa en 2019 después de que los inversores cuestionasen su modelo de negocio y el rumbo que estaba tomando su dirección al mando del otrora fundador y consejero delegado del grupo, Adam Neumann.
Finalmente, WeWork ha tenido que saltar al parqué de la mano de BowX Acquisition Corp, SPAC con la que cerró un acuerdo de fusión el pasado mes de marzo y valoraba a la compañía en aproximadamente unos 9.000 millones de dólares. Con todo, la empresa llegó a estar valorada en 47.000 millones en 2019, justo antes de que empezase su particular caída a los infiernos.
"Dirán que la nuestra es una historia dramática", reconoce el ahora CEO de WeWork, Marcelo Claure, en declaraciones a CNBC. "Sin duda, hicieron muchos documentales sobre el supuesto final de esta empresa, pero es la resistencia y persistencia de esta gente tan increíble lo que ha hecho a la compañía ser más fuerte que nunca", defiende.
