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El presidente de ACS, Florentino PérezACS

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Todas las guerras tienen víctimas colaterales. En el conflicto que han mantenido Atlantia y el Gobierno italiano, era ACS quien se podía ver afectada de refilón. La relación societaria que mantienen ambas compañías a través de Abertis habría provocado un impacto indirecto en la constructora española si la italiana perdía la concesión de las autopistas que gestiona en el país transalpino. Finalmente, se ha librado después del acuerdo alcanzado esta madrugada.

Dejar de controlar estas autopistas habría supuesto un fuerte recorte en los ingresos de Atlantia. Una de las opciones que hubiese tenido para financiar su propio balance era descapitalizar Abertis, arrastrando consigo a ACS. La compañía dirigida por Florentino Pérez también habría visto engordar sus cuentas, pero "sería contraproducente 'destruir' en el corto plazo el vehículo de inversión que ambas empresas disponen para su expansión internacional", advierte el analista de XTB, Darío García.

Otro de los problemas que esta situación hubiese acarreado a ACS es un golpe reputacional derivado de su relación con Atlantia. La compañía italiana se vio envuelta en todo este embrollo tras el derrumbe del puente Morandi que provocó 43 muertes en agosto de 2018, un suceso que "genera dudas sobre la calidad de los socios de ACS en el extranjero", según García.

"Podría darse la circunstancia de que ACS, velando por sus intereses, revisara la relación societaria a través de Abertis para blindarse e incluso protegerse de la mala gestión que su socio pueda tener en proyectos presentes y futuros, tanto conjuntos como independientes", añade este experto.

Para los analistas de Banco Sabadell, el impacto hubiese sido indirecto a través de Abertis, que hubiese visto afectada su capacidad de crecimiento, su 'rating' y sus posibilidades de generación de sinergias. Si solo se tiene en cuenta la valoración de Abertis en función de los activos que tenía antes de la OPA, es decir, sin incluir ningún tipo de sinergias ni crecimiento adicional, "el impacto en nuestra valoración de ACS sería de 4,5%", remarcan.

CONFLICTO ATLANTIA-GOBIERNO ITALIANO

Los problemas de Atlantia con la gestión de las autopistas en su mercado doméstico se remontaban a 2018, cuando el derrumbe de un puente en Génova puso en cuestión los planes de inversión y de mantenimiento de vías llevados a cabo por su filial Autostrade. Dos años después, ha concluido la negociación con el Gobierno de Giuseppe Conte para intentar mantener el control de los 3.200 kilómetros de carreteras que tiene en Italia.

En un primer momento, la compañía propuso realizar un aumento de la inversión, además de una reducción de las tarifas. También, puso sobre la mesa una reorganización societaria que dejaría a Atlantia en un segundo plano en el capital de su filial para dar entrada al Estado. Sin embargo, el propio Conte calificó la propuesta de "insatisfactoria".

Este martes se reunía el Consejo de Ministros, pero fue suspendido después de que la compañía mejorase su propuesta. Según la información publicada por 'Il Sole 24 Ore', la familia Benetton, los accionistas de Atlantia, van a recortar su participación en Autostrade de forma progresiva, hasta el entorno del 10%. El nuevo accionista mayoritario pasaría a ser Cassa Depositi e Prestiti, que depende del Ministerio de Economía y Finanzas y que llegará a controlar el 51% de Autostrade.

La filial de Atlantia se salvaría así de una más que posible quiebra que habría dejado a la matriz como responsable de una deuda de unos 5.000 millones de euros, según los datos que manejaban los expertos de JP Morgan.

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