- EEUU quiere imponer un arancel del 24% sobre las importaciones de acero
- Las medidas aconsejadas pretenden aumentar la producción estadounidense
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Acerinox se ha convertido en uno de los principales beneficiados de la 'guerra del acero' entre Estados Unidos y China. El valor rebotó este lunes un 5,5% y este martes ha vuelto a estar entre las ganancias más altas de los componentes del Ibex 35, con una revalorización del 2,90%, hasta 12,05 euros.
El grupo siderúrgico cuenta con una gran presencia en EEUU, y el mercado descuenta que las restricciones a los productos chinos que tiene previsto imponer la Administración Trump beneficiará a su negocio.
Desde Bankinter, reiteran su consejo de 'compra' sobre el valor, con una valoración de 14,60 euros por acción, al destacar que Acerinox cuenta con su filial NAS en EEUU, que es "líder en el mercado americano y representa en torno al 45% de los ingresos totales de la compañía".
El Ministerio de Comercio de China advirtió este sábado que tomará las medidas necesarias para protegerse si la decisión final de EEUU de imponer fuertes restricciones a las importaciones de acero y aluminio de China y otros países afecta a sus intereses.
El Departamento de Comercio estadounidense instó este viernes a imponer un arancel de al menos un 24% sobre las importaciones de acero a cualquier país del mundo o, en su defecto, una cuota del 53% sobre la compra de este material desde Estados Unidos en doce países, incluidos China o Brasil.
Las medidas aconsejadas pretenden aumentar la producción nacional de acero desde su actual 73% de capacidad hasta aproximadamente una tasa de operación del 80%, considerada el nivel mínimo para garantizar la viabilidad del sector a largo plazo.
Además, se ha revisado el impacto de las importaciones de aluminio forjado y sin forjar, para las que se pide un arancel de al menos el 7,7% sobre las importaciones de todos los países exportadores. También se sugirió un arancel del 23,5% para el aluminio procedente de China, Hong Kong, Rusia, Venezuela y Vietnam.
"La decisión definitiva deberá tomarla Trump el próximo 11 de abril y pensamos que optará por una vía algo más suavizada, ya que la implementación de la propuesta puede acarrear interrupciones en la producción y subidas repentinas de los precios así como un conflicto comercial", señala Bankinter.