Arranca la 'era LetterOne' en DIA. El fondo del magnate ruso Mijaíl Fridman liquida este miércoles la opa con la que ha alcanzado un 70% de la distribuidora y promete acelerar para inyectar cuanto antes dinero, equilibrar las cuentas y poner en marcha su plan para convertir a la compañía en un "campeón". El camino será duro. No habrá caja ni beneficio al menos hasta 2022 y ha prometido a los acreedores bancarios que tampoco habrá dividendo hasta que no devuelva todo lo prestado.
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La refinanciación del crédito sindicado de 912 millones cerrada este lunes in extremis aplaza el vencimiento de toda la deuda a marzo de 2023. Era una de las condiciones que Fridman había marcado para seguir invirtiendo en DIA tras la opa y los bancos han confiado en que su hoja de ruta para la compañía tendrá frutos.
El plan con el que LetterOne ha convencido a los bancos de que será capaz de transformar DIA y pagar su deuda e intereses en cuatro años se basa en seis pilares: desde reclutar nuevo talento y apostar por una nueva estrategia comercial con más productos frescos y mayor calidad, hasta reconfigurar el programa de fidelidad, optimizar las tiendas para mejorar las ventas y reimpulsar su marca.
Como detalló el fondo de Fridman en el folleto de la oferta, durante los dos primeros años del plan, DIA "no generará caja ni resultados positivos". Era su forma de alertar a los inversores de que, aunque está comprometido con el proyecto, que la compañía recupere el terreno perdido en los últimos años no será fácil. Como mínimo, necesitará cinco años para crear valor. Desde 2016, DIA ha perdido un punto y medio de cuota de mercado, situándose en un 7,3% al cierre de 2018, según los datos de Kantar Worldpanel. En el mismo período, Mercadona ha avanzado 1,3 puntos, hasta 24,3%, y Lidl casi otro punto, hasta un 4,9%.
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DIA: LetterOne pacta con la banca aplazar la deuda a 2023 y logra más liquidezLetterOne ya preveía mantener la suspensión del dividendo a la espera de que "los resultados del plan sean perceptibles". El dividendo de DIA se suspendió tras el profit warning de octubre de 2018 y en las mejores previsiones del equipo de Fridman, no volvería hasta 2022.
El nuevo acuerdo con los acreedores bancarios lo aplaza, como mínimo, hasta 2023, año en que vence la deuda. Uno de los compromisos a los que se somete DIA con sus acreedores es a no repartir dividendo hasta que no se haya repagado la totalidad del crédito y las líneas de financiación.
Además, a partir del segundo trimestre de 2022, los acreedores tendrán derecho al pago anual del exceso del flujo de efectivo libre, un monto que se calculará sobre el 50% del flujo de efectivo disponible una vez se hayan satisfecho totalmente los gastos en inversión y los costes de reestructuración previstos en el plan de negocio. Aun así, LetterOne ya ha advertido que la futura política de retribución no tiene por qué recuperar los términos mantenidos hasta el año pasado.
DIA CAE UN 4%
Los títulos de DIA se dejan un 4% en la primera sesión tras el aterrizaje de LetterOne en el Consejo y el acuerdo con los acreedores. Pese a que arrancaron la jornada con un avance de más del 8%, colocándose de nuevo en el valor de la opa (0,67 euros), poco antes del cierre de la sesión ya cotizaban en rojo hundiéndose hasta los 0,62 euros de nuevo.
El 30% que no está en manos de LetterOne pertenece a bancos, fondos de inversión y minoritarios que han aprovechado las últimas semanas para entrar o elevar su posición. El último en aflorar una participación de más de un 3% ha sido Barclays, que esperó al cierre de la opa para pasar de un 1,1% a su 3,1% actual.