• Los accionistas tendrán que votar por el plan del Consejo o el de LetterOne
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Calma chicha en la víspera de la junta general de accionistas de DIA. La cadena de supermercados celebra este miércoles, en segunda convocatoria, la esperada cita con los inversores que definirá el rumbo de la compañía. Los accionistas tendrán que elegir entre el 'susto' que pone sobre la mesa LetterOne, el principal accionista, o la 'muerte' del actual Consejo de Administración liderado por Borja de la Cierva.

La cadena de supermercados registró pérdidas de 352,5 millones en 2018 y está en causa de disolución, con un patrimonio neto negativo de 166 millones. Al cierre del último ejercicio, la deuda neta de la compañía superaba los 1.450 millones. Con más de 6.150 tiendas repartidas por España, Portugal, Brasil y Argentina y más de 46.600 empleados, cada equipo tiene su propio plan para revertir la situación y hacer que DIA vuelva a funcionar.

Después de semanas de enfrentamiento y descrédito mutuo, LetterOne y el equipo de De la Cierva llegan a la junta sin haber alcanzado un acuerdo y arriesgando que la compañía tenga que declarar el concurso de acreedores en los próximos meses, como amenazan desde el propio Consejo.

EL PLAN DEL CONSEJO

El Consejo ha arrancado la ejecución de su Plan Estratégico con horizonte 2023 basado en tres pilares: foco en el cliente, impulso de la transformación digital y desarrollo de nuevas vías de crecimiento mediante acuerdos con terceros. Este plan prevé una mejora del resultado bruto de explotación (Ebitda) a partir de 2020 y mantener la inversión "contenida" a lo largo de este año para recuperar ritmo a partir del próximo.

En el corto plazo y para sacar a la empresa del agujero financiero en que está, el Consejo pedirá a los accionistas que den luz verde a una ampliación de capital de hasta 600 millones de euros que cuenta con el respaldo de Morgan Stanley. Ese dinero se destinaría al pago de parte de la deuda bancaria (200 millones), de los bonos que vencen verano (300 millones) y al crecimiento de la compañía (100 millones). Además, el dinero obtenido por la venta de las tiendas Clarel (otros 100 millones, aproximadamente), también se destinaría al pago de la deuda bancaria.

El orden del día incluye también una reducción de capital para sanear las cuentas que reducirá el valor nominal de las acciones de 0,10 a 0,01 euros, fijando ahí el precio mínimo al que podría realizar la ampliación con el consecuente perjuicio por dilución de sus accionistas.

El Consejo ha reiterado que su plan es el que cuenta con el apoyo de los bancos acreedores y es "el único viable" para que la compañía salga adelante. El plan de LetterOne, considera, "no proporciona soluciones eficaces e inmediatamente ejecutables".

EL PLAN DE FRIDMAN

LetterOne, el fondo del magnate Mijaíl Fridman, tiene su propia hoja de ruta para hacer de DIA el segundo actor nacional, solo por detrás de Mercadona. El potencial de la cadena está claro, han defendido desde L1 Retail, la división minorista de LetterOne que capitanea Stephan DuCharme, pero necesitan cinco años sin presión de la deuda bancaria para darle la vuelta al modelo de negocio, transformar las tiendas y reenamorar a los clientes.

Su apuesta se basa también en los productos frescos y la cercanía y, si las cosas funcionan según prevén, la cadena podría empezar a sumar nuevamente tiendas en un plazo de unos dos años -después de testear el nuevo modelo-, con un objetivo potencial de hasta 1.000 nuevas tiendas en una década. Actualmente DIA tiene en España poco más de 3.450 tiendas.

Además de la opa voluntaria que lanzó en febrero a 0,67 euros por título, LetterOne quiere realizar una ampliación de capital de 500 millones de euros que destinaría a pagar los bonos en julio (300 millones) y a hacer que DIA crezca (200 millones). Esta ampliación, subraya LetterOne, sólo está condicionada "a que se llegara a un acuerdo con la banca acreedora en lo relacionado a una estructura de capital viable a largo plazo". DuCharme y su equipo, que desembarcarían en el Consejo si la opa se cierra con éxito, quieren convencer a los bancos para que refinancien toda su deuda hasta 2023.

Desde LetterOne han sido claros: pueden inyectar los 500 millones al día siguiente de la junta si obtienen el respaldo de los accionistas y no se autoriza la ampliación de 600 millones que propone el Consejo. Si, al contrario, se opta por el plan de De la Cierva, el equipo de Fridman saldrá del tablero: retirará la opa si se realiza cualquier ampliación de capital.

A su vez, la opa depende todavía del visto bueno por parte de la CNMV -que sigue estudiando si admite a trámite la operación- y a que la mitad de los accionistas a los que va dirigida (un 35,5%) la acepten. Si Fridman tiene éxito, elevaría su 29% actual hasta un mínimo del 64% del capital.

¿QUÉ DICEN LOS ANALISTAS?

La división respecto a los planes para DIA se traslada también a los analistas. En cuanto a los respectivos planes estratégicos, Moody's dijo recientemente que no observa "diferencias significativas", pero señala que la falta de información sobre las conversaciones de LetterOne con la banca acreedora para lograr esa "estructura de capital viable a largo plazo para DIA" crea incertidumbre. Desde la agencia ven vital que DIA realice una ampliación de capital para estabilizar su liquidez.

Para los analistas, mientras que el plan de LetterOne permite a los accionistas que entraron al valor a 2, 4 y hasta 6 euros recuperar, al menos, algo de lo invertido, el del Consejo supone una mayor incertidumbre y más si optan por declarar la quiebra como se ha amenazado. Además de la falta de garantías de que DIA recupere fuelle de nuevo, la ampliación de capital propuesta por la actual cúpula directiva acarreará una fuerte dilución al accionista si se ejecuta al precio mínimo al que el Consejo pretende reducir el nominal (0,01 euros).

Dado el quorum habitual de las junta de DIA, los analistas ven probable que Fridman no tenga problema en tumbar los planes del Consejo. Pero hasta este viernes se daba por garatizado el apoyo de Goldman Sachs y el banco estadounidense ha asegurado que ni acudirá ni pondrá su 4,2% del capital al servicio de nadie. Los minoritarios, tanto la sindicatura de Naturinvest con Pablo Gómez-Pablos (3%) como la Asociación de Accionistas Defensores de DIA (AADD, 2% del capital), se opondrán a los planes del Consejo.

El plan del Consejo de DIA ha obtenido el respaldo público de Western Gate, la división de inversión del 'family office' de Luis Amaral, que cuenta con un 2% de DIA. Según han indicado, votarán a su favor por ser la que ofrece más valor a los accionistas a corto, medio y largo plazo. El fondo considera que el plan servirá para "restaurar la credibilidad" de la compañía y que Fridman se ha aprovechado de la confusión del mercado tras el desplome del valor de la acción de DIA para tratar de hacerse con la compañía a precio de saldo.

LetterOne ha tenido más respaldo entre los analistas. Hace unos días, desde Corporance y Haitong Research afirmaban que la visión del fondo de Fridman es la mejor opción para los accionista de DIA y se suman a su opinión sobre la falta de capacidad del actual equipo directivo. Desde Pirc Research se muestran abiertamente en contra a la operación acordeón que propone el consejo, a darle poderes para que pueda aprobar otra ampliación adicional, el informe de remuneraciones y a que KPMG renueve como auditor. En cambio, consideran que hay que respaldar el plan de LetterOne por ser "una ampliación de capital menos dilutiva y con más certezas" que la que avala Morgan Stanley.

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