En un contexto marcado por la baja rentabilidad que ofrecen actualmente los depósitos bancarios, son muchos los inversores que buscan sacar partido a sus ahorros recurriendo a otros activos, bien sea de renta fija (más seguros) o de renta variable (de un riesgo mayor).
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Dentro de esta última categoría, las opciones son también diversas. Una de ellas es la de apostar por empresas con una elevada rentabilidad por dividendo que ofrezcan, por tanto, una generosa renta periódica.
Entre esta clase de títulos, los expertos de Bankinter proponen una cartera de acciones centrada en los dividendos que, desde el inicio del año, ofrece una rentabilidad acumulada ligeramente superior al 13%, proveniente de la revalorización del principal (+11%) y de los dividendos percibidos (+2,06%).
INTEGRANTES DE LA CARTERA
A fecha de hoy, esta cartera está integrada por las siguientes compañías: Inditex, Iberdrola, Intesa, Allianz, AXA, Redeia (Red Eléctrica), Faes Farma (que se ha incorporado recientemente por su “elevada recurrencia y visibilidad de negocio”, en sustitución de Vinci) , Telefónica, Endesa, BNP Paribas, ACS y la italiana Enel.
RENTABILIDAD ESPERADA DEL 6%
Según destacan los citados expertos, la rentabilidad por dividendo para 2023 de dicha propuesta de inversión ronda el 6,3%, “que cumple sobradamente nuestro objetivo de ganar entre un 2,9% y un 3,4% en el año”.
PROTECCIÓN DEL CAPITAL
Objetivo que se marcan tratando de mantener intacta la inversión inicial en mediciones de 3 años móviles. Es decir, sin que haya quebranto de patrimonio. “Si este se aprecia, generará una rentabilidad implícita adicional a la obtenida por los dividendos”, añaden.
Por tanto, esta cartera no busca tanto la revalorización de las acciones seleccionadas (“aunque bienvenida será”), sino que se marca como fin conseguir una rentabilidad anual mínima del +2,9% sin que haya un menoscabo del dinero invertido.
Este objetivo de rentabilidad mínima lo justifican partiendo de la inflación esperada a 5 años para la eurozona (+2.4%), “que sería la pérdida de valor nominal anual de la inversión por la erosión de los precios, más un diferencial real de entre 50 y 100 puntos básicos anuales como objetivo autoimpuesto”, recalcan.
En conclusión, el objetivo es lograr una rentabilidad nominal anual equivalente a la inflación esperada a inicio de cada año más 50 - 100 puntos básicos.