- La firma ha tenido varios problemas por la indumentaria y apariencia de los empleados
- Su beneficio cayó un 5,1% en 2014 y tiene 965 tiendas
Abercrombie & Fitch se ha convertido en una de las marcas de moda norteamericanas más populares fuera de sus fronteras. Sus tiendas con poca luz, perfumadas y música de discoteca se han convertido en todo un símbolo del nuevo marketing de la moda. Pero sobre todo, el signo que ha distinguido a la firma han sido sus dependientes musculosos con poca ropa. Ahora, tras la caída de las ventas y el beneficio, Abercrombie cambia su política y quiere acabar con sus dependientes-modelos.
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Pasearse por la Quinta Avenida de Nueva York y no escuchar la música de la tienda de Abercrombie & Fitch era casi tan imposible como no reparar en sus dependientes sin camiseta que bailaban para dar la bienvenida a los compradores. Después de probar durante años esta fórmula que ha afianzado a la marca en todo el mundo, ahora la compañía cambia su política y quiere que sus dependientes sean 'más normales'.
Abercrombie & Fitch acabará con la política de imagen de sus dependientes para acercarse al cliente
Según destaca Bloomberg, Christos Angelides, presidente de Abercrombie & Fitch, ha cambiado su mensaje: “Hemos puesto al cliente en el centro del negocio”, ha asegurado. Durante años fue famoso el código de la compañía sobre la vestimenta y actitud de sus dependientes. La nueva idea es que las dependientes se centren en la venta, no en obsesionarse con su nivel de hermosura.
ANTE LA CAÍDA DE LOS BENEFICIOS, NUEVA ESTRATEGIA
Abercrombie & Fitch posee 965 tiendas en 20 países. Las ventas en las tiendas establecidas han ido retrocediendo en seis de los últimos ocho ejercicios. Además, en 2014 el beneficio de la marca se redujo un 5,1% y las ventas en las propias tiendas cayeron un 10% el trimestre pasado.
La vestimenta de sus empleados ha llevado a la firma a algunos problemas. Según destaca Bloomberg, los magistrados de la Corte Suprema de Estados Unidos escucharon en febrero los argumentos sobre el caso de Samantha Elauf, una adolescente musulmana a la que se le negó un empleo debido a que llevaba un pañuelo en la cabeza. En un caso similar en California, Abercrombie acordó pagar al trabajador 71.000 dólares para resolver el caso.
La marca ha señalado que los cambios en su estrategia de marketing se irá notando poco a poco. A finales de julio de este año las imágenes de marketing con un componente sexual se desvanecerán de bolsas de la compra, en las tiendas fotos y tarjetas de regalo.
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