• Abengoa necesita un acuerdo con los acreedores antes del 28 de marzo para evitar el concurso
  • En un hecho relevante en la CNMV recuerda que negociará una reestructuración de la deuda
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La multinacional andaluza Abengoa informa en un hecho relevante publicado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ya ha presentado al Consejo de Administración el plan de viabilidad.

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La firma recuerda en el comunicado que "Alvarez&Maral (firma de asesoramiento) ha presentado al Consejo de Administración plan de viabilidad donde se define la estructura de la actividad futura de Abengoa". Hay que recordar que la empresa está en preconcurso desde noviembre, y que tiene hasta el 28 de marzo para llegar a un acuerdo con sus acreedores, conseguir recursos seguir adelante y evitar así entrar en concurso.

El negocio de Abengoa se desarrollará concentrándose en las actividades de ingeniería y construcción con tecnología propia o de terceros

En base a este plan, explica la compañía, "la sociedad deberá negociar con sus acreedores una reestructuración de la deuda y los recursos necesarios para continuar su actividad y operar de forma competitiva y sostenible en el futuro".

En cuanto al modelo de negocio, éste "se desarrollará concentrándose en las actividades de ingeniería y construcción con tecnología propia o de terceros".

Las expectativas generadas en torno a la salvación de la compañía habían disparado las acciones clase B este lunes un 34,81% hasta 0,21 euros, con un volumen de más de 90 millones de títulos negociados.

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PELIGRO DE CONCURSO

En un comunicado posterior al que ha tenido acceso Europa Press, Abengoa asegura que "continuará siendo una compañía viable y rentable".

No obstante, recuerda que el acuerdo debe alcanzarse antes de que termine el periodo marcado por el procedimiento "5bis" (preconcurso de acreedores), el próximo 28 de marzo, dado que una situación de concurso implicaría "una destrucción de valor para acreedores y accionistas muy superior a la de cualquier escenario de continuidad, todo ello sin evaluar el enorme coste social que tal situación implicaría", informa la agencia de noticias.

REDUCIR TAMAÑO

Los escuetos comunicados de Abengoa no ahondan en cómo es el plan de viabilidad. Sin embargo, ya durante la mañana de este lunes se había conocido que se trata de una hoja de ruta para garantizar su futuro mediante la reducción de tamaño con el foco en las actividades de construcción, ingeniería e innovación, sobre las que quiere cimentar su resurgimiento empresarial.

Para ello, el plan, elaborado con el respaldo de la firma de asesoramiento Alvarez & Marsal, deberá contar con el visto bueno de todas las partes implicadas en el futuro del grupo: banca acreedora y bonistas. "La solución debe contar con el consenso de todos los acreedores, ya que Abengoa vale más en funcionamiento que si entra en concurso", indicaron a Europa Press fuentes implicadas en la negociación.

Si la idea llega a buen puerto estaríamos ante una empresa un 50% más pequeña en términos de beneficio bruto de explotación (Ebitda), con una facturación un 60% inferior a los cerca de 7.700 millones de euros ingresados al año y con deuda de entre 3.000 y 4.000 millones de euros, frente a los casi 9.000 millones de euros actuales, según el borrador del plan en el que trabaja la compañía.

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REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA

La otra clave del plan de viabilidad de Abengoa pasa por reducir la deuda. La opción que se contempla es un canje de deuda por acciones, de tal manera que los bancos que componen el ya conocido como G-7 (Santander, Caixabank, Popular, Sabadell, Bankia, HSBC y Credit Agricole), así como los bonistas, pasarían a controlar en torno al 75% de la participación en la firma sevillana. Por su parte, la familia Benjumea y otros fundadores verían como su peso en el accionariado se diluye hasta el 25%.

La opción que se contempla es un canje de deuda por acciones, de tal manera que los bancos y los bonistas, pasarían a controlar en torno al 75%

Y es que los bancos, que todavía no conocen nada de un plan que esperaban haber tenido en sus manos desde el pasado 18 de enero, de entrada no contemplan ningún tipo de quita en la deuda, según indicaron a Europa Press en fuentes financieras.

Pero este visto bueno de los acreedores se presenta determinante para que la compañía pueda esquivar el concurso antes de la fecha límite del 28 de marzo y pueda así focalizarse en renacer impulsada por su 'core business', plan para el que el grupo ve con buenos ojos una alianza con fondos internacionales, una vez que la solución de un socio industrial no cuajó en el pasado. Esta alianza con fondos internacionales que aportarán financiación daría viabilidad al nuevo proyecto y permitiría, a partir del plan, crecer, señalaron a Europa Press fuentes de la negociación.

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NUEVA INYECCIÓN DE LIQUIDEZ

Además, la compañía vuelve a tener sobre la mesa la inyección de nueva liquidez para seguir adelante con su día a día. Ya el pasado 24 de diciembre, la compañía, que se acogió al preconcurso de acreedores el pasado 25 de noviembre, recibió un préstamo de la banca acreedora por 106 millones de euros para atender a sus necesidades inmediatas, aunque a cambio de avalarlo con un 17,3% de su participada Abengoa Yield, recientemente rebautizada como Atlantica Yield.

Para llegar a esa de fecha del 28 de marzo, el grupo estima que necesita entre 150 y 170 millones de euros, que los bonistas ya se han ofrecido a cubrir aunque con unos fuertes intereses y compartiendo con la banca las garantías que tienen en la 'yield'.

Para llegar a esa de fecha del 28 de marzo, el grupo estima que necesita entre 150 y 170 millones de euros

En concreto, los bonistas quieren conceder este préstamo a la compañía sevillana con un interés del 15% más otro 10% adicional al vencimiento del crédito, condiciones que la banca considera "excesivas".

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¿1.000 MILLONES MÁS?

Al margen de esa inyección que Abengoa requeriría para sobrevivir hasta marzo, El Confidencial publica este lunes que la compañía necesita un préstamo extraordinario de entre 800 y 1.000 millones, adicional a la capitalización de la deuda que hagan los acreedores.

"Las cifras que manejan el presidente de Abengoa, José Domínguez Abascal, asesorado por Lazard, la banca, con la ayuda de KPMG, y los bonistas, que van de la mano de Houlihan Lokey, oscilan entre los 800 y los 1.000 millones, más de lo que la empresa consideraba necesario cuando admitió sus primeros problemas hace ahora cinco meses", añade la citada web.

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¿QUÉ OPINAN LOS EXPERTOS?

"Pensamos que es muy probable que los fondos bonistas accedan a capitalizar una parte relevante del principal, lo cual vendría acompañado de una refinanciación a muy largo plazo del resto", señalan los analistas de Bankinter, y añaden: "Eso permitiría ganar tiempo suficiente para implementar un programa de venta de activos que aligeraría más la carga de la deuda. Ambas medidas harían viable la compañía, aunque su tamaño pasaría a ser muy inferior".

Pensamos que es muy probable que los fondos bonistas accedan a capitalizar una parte relevante del principal, lo cual vendría acompañado de una refinanciación a muy largo plazo del resto, señalan los analistas de Bankinter

Según estos analistas, los activos que sería posible vender serían aquellos con ingresos más previsibles y estables (Atlántica Yield, por ejemplo), de manera que Abengoa quedaría más bien reducida a ser una compañía de ingeniería que entrega proyectos llave en mano.

"Al final de todo ese proceso, en caso de que salga adelante un acuerdo voluntario con acreedores, la sociedad Inversión Corporativa (familia Benjumea, hoy principal accionista) pasaría a tener una pequeña participación en el capital, probablemente no superior al 5%. Independientemente del éxito de este proceso de negociación con los acreedores, seguimos considerando Abengoa como una inversión de alto riesgo, de carácter especulativo en estas circunstancias, y, por tanto, continuamos recomendando vender", concluyen estos analistas.

Al cierre de la sesión de este lunes, las acciones de Abengoa se han disparado un 34,81%, hasta 0,21 euros, con un volumen de 90 millones de títulos negociados.

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