Las restricciones a la movilidad y el nuevo contexto turístico derivado de las mismas podrían dar lugar a una pérdida estimada de 4,4 millones de empleos y más de 250.000 millones de euros hasta 2024 en España, según datos facilitados por la consultora McKinsey. De hecho, prevé que la recuperación del turismo nacional no llegue hasta el año 2024 y el internacional, hasta 2025.
Estas previsiones se fundamentan en los cinco factores que son más determinantes en la velocidad de recuperación del sector del turismo: la dependencia del transporte aéreo, la dependencia de los viajes de negocios, el atractivo de los destinos domésticos, salud e higiene y sostenibilidad.
El turismo español experimentó ciertos repuntes tras levantarse el confinamiento el pasado año. Sin embargo, todos los expertos coinciden en señalar que aún tiene por delante un periodo prolongado de recuperación. El sector, altamente fragmentado, está integrado por numerosas empresas pequeñas y familiares que "sin la intervención externa o apoyo por parte del Gobierno, podrían tener dificultades para sobrevivir a la pandemia".
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Los turistas de EEUU vacunados podrán visitar la UE este veranoEl informe de McKinsey apunta que la fuerte caída del turismo a nivel nacional tendrá repercusión en otros sectores de la economía, sobre todo en algunas regiones como Baleares, Andalucía y Canarias, donde el turismo concentra más del 20% de los empleos y más del 20% del PIB.
Además de las empresas dedicadas al turismo de manera directa (hoteles, agencias de viajes, transporte, atracciones turísticas), la coyuntura actual también hace sufrir a otros pequeños negocios (comercios, restaurantes) que se ven indirectamente afectados por la ausencia de turistas.
RENOVACIÓN ESTRUCTURAL DEL TURISMO ESPAÑOL.
El turismo de congresos, convenciones, eventos, ferias y viajes de incentivo, los viajes en grupo, los cruceros, los viajes de negocios individuales y los segmentos urbanos serán los más afectados por la pandemia y necesitarán más tiempo para recuperarse, de acuerdo con este informe. En cambio, el turismo de segunda residencia, el ecoturismo y el turismo religioso, deportivo y cultural se verán menos afectados y se recuperarán más rápido.
Por todo lo anterior, el informe insta a gobiernos y empresas del sector turístico a invertir en eficiencia, competitividad e innovación y a evaluar las medidas de acuerdo con su retorno sobre la inversión (ROI), tomando en consideración el retorno económico directo, los efectos indirectos e inducidos y la sostenibilidad de los empleos creados.
Debido a la incertidumbre económica y social, las empresas turísticas tendrán que volverse mucho más eficientes en sus operaciones, "no solo mediante la implementación de transformaciones de costes más tradicionales, sino prestando más atención a la productividad y la competitividad".
Y la digitalización será una de las palancas clave que ayudarán en la recuperación del sector, según McKinsey. Las ayudas de 5.000 millones ofrecidas por el Gobierno en fondos digitales para pymes, así como los fondos europeos deberían servir según los expertos para ofrecer un mayor impulso a la digitalización.
Junto a la eficiencia, la innovación será la otra gran palanca de cambio. El informe determina que aquellas compañías que trabajen con empresas de otros sectores para identificar nuevos segmentos de turismo con demandas particulares y crear productos que las atiendan, "podrán abrir más fuentes nuevas de ingresos y transformar segmentos vulnerables del turismo, como los eventos MICE y los viajes de negocios".
Para finalizar, el informe reclama un papel más activo del Gobierno en la gestión del turismo al asociarse con empresas impulsando la colaboración público-privada con el objetivo de aumentar el atractivo de destinos turísticos, al tiempo que garantiza altos estándares de higiene y seguridad.
La coordinación efectiva sería por tanto la clave para la colaboración exitosa, por ello, se debe concentrar el liderazgo de la recuperación del sector en una "fuerza especial de reimaginación del turismo" basada en cinco pilares: protección de turistas y empleados, apoyo financiero al sector, planes de marketing y fomento de la demanda, relanzamiento del sector y finalmente un observatorio del turismo.