• Defiende que la Cámara siga abierta porque 'en la última legislatura el 60% de las leyes fueron modificadas en el Senado'
  • 'Si se cierra habría una tramitación legislativa menos rica porque no habría segunda mirada a las leyes'
domenec ruiz devesa senado psoe

Domènec Ruiz Devesa, número dos de la lista del PSOE al Senado por Madrid, ha concedido una entrevista en exclusiva a Bolsamanía en la que ha hablado sobre la situación actual de la Cámara y ha explicado cuáles son las propuestas de los socialistas para darle un lavado de cara. Asimismo, ha criticado a Albert Rivera, líder de Ciudadanos, por querer cerrar el Senado, y ha dicho que no es el primero que lanza esa idea: "Primero lo propuso el Pequeño Nicolás y luego Carmen Lomana".

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-¿Por qué el Senado no es una Cámara muerta, como creen algunas personas y algunos partidos?

En primer lugar porque en la mayoría de los sistemas políticos europeos hay dos Cámaras, y dos cerebros parlamentarios funcionan mejor que uno, porque el Senado da una segunda mirada a lo que ha hecho el Congreso. Y para de alguna manera dar la evidencia de lo que estoy diciendo, en la última legislatura el 60% de las leyes fueron modificadas en el Senado. Por tanto, hay un valor añadido que aporta el Senado, porque de lo contrario el Congreso rechazaría sistemáticamente las enmiendas que se aprobaran en el Senado y no es el caso.

-¿Qué se puede hacer para revitalizar esta Cámara, porque muchos creen que su función únicamente es ratificar lo que aprueba el Congreso?

"El Senado aporta un valor añadido porque de lo contrario el Congreso rechazaría sistemáticamente las enmiendas que se aprobaran en esta Cámara"

Yo también estoy de acuerdo en que una función de segunda lectura no es suficiente. Por eso lo que los socialistas proponemos es que además de realizar la segunda lectura de las leyes el Senado sea la Cámara territorial, que es por cierto lo que la Constitución dice, y que no se ha logrado por el sistema actual de composición y elección de la Cámara.

Es muy distinto de suprimir el Senado. Lo que nosotros decimos es que tiene que ser territorial, y eso lo que significa es que con una reforma constitucional las comunidades autónomas serían las que ocuparían los escaños en el Senado. En lugar de senadores de elección popular, como ocurre en la actualidad, los senadores serían designados por las comunidades autónomas, y representarían a los Gobiernos de las comunidades autónomas. De esta forma sería una Cámara territorial como el Bundestag alemán.

-¿Esto cómo podría cambiar el funcionamiento del Senado?

En todo, porque una Cámara territorial en un país autonómico, descentralizado y en cierto modo federal como España significa que el congreso de los Diputados sería como hasta ahora la Cámara de los ciudadanos y el Senado sería la Cámara de los estados federados. Concretamente, la financiación autonómica y las infraestructuras tendrían que ser aprobadas en el Senado.

Por ejemplo, en lugar de que cada comunidad negocie bilateralmente con el Gobierno central su financiación o las infraestructuras, o las inversiones, esto se tendría que debatir y aprobar en el Senado, de manera que si un presidente de una comunidad autónoma quiere incluir en los Presupuestos Generales del Estado una inversión para su comunidad no basta con tener el apoyo del Gobierno central, que a veces se da a cambio de algunos votos en el Congreso de los Diputados, sino que sería necesario contar con el respaldo del resto de comunidades autónomas. Esto es un ejercicio muy sano que ahora mismo, por cómo se compone el Senado no sucede.

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-¿Por qué el PSOE propone llevar el Senado a Barcelona?¿Qué pretende lograr con ello?

Además de reformar el Senado, la propuesta de llevarlo a Barcelona es otra concreción de la idea federal que tienen los socialistas. Nosotros entendemos que un país federal, que es lo que queremos que sea España, además de tener un Senado territorial o federal tiene también de alguna manera que desconcentrar las instituciones del Estado, no todo tiene que estar en Madrid. En un país federal las instituciones también pueden ubicarse en distintas ciudades, y este es el sentido de la propuesta de llevar el Senado a Barcelona.

Lo cuál en mi opinión, además, tendría que realizarse después de un proceso de diálogo, de negociación y de pacto que resolviera la cuestión del encaje de Cataluña en España.

-Entonces, ¿haría falta cambiar el modelo autonómico?

Si, en el marco de una reforma federal del Estado de las autonomías reformaríamos el Senado, reconoceríamos las nacionalidades en la Constitución y podríamos plantear el traslado a Barcelona de la Cámara.

-Esto de reconocer las nacionalidades ¿qué significaría?¿Daría un carácter distinto, de independencia, a esas regiones?

Independencia en ningún caso. Pero la Constitución actual, lo digo porque a veces parece que estamos descubriendo el Mediterráneo, ya dice que en España hay nacionalidades y regiones, o sea, que eso ya está en la Constitución. Lo que no dice es quién es una nacionalidad y quién es una región. Nosotros entendemos que en el marco del reconocimiento de la España plural, de la diversidad cultural, lingüística de España conviene que la constitución diga cuáles son las nacionalidades que hay en España, y en este caso hablaríamos de la gallega, de la catalana y de la vasca. Pero eso no quiere decir reconocer ninguna independencia, sino especificar lo que ya dice la Constitución, cuáles son las nacionalidades que hay en España.

Además, creemos que esto simbólicamente es importante porque hay una demanda social en algunas partes de España, el caso catalán es claro, de reconocimiento de esa singularidad.

-¿Podría ayudar esto a rebajar la tensión en Cataluña?

El PSOE propone que "en lugar de senadores de elección popular sean designados por las comunidades autónomas y representen a los Gobiernos regionales"

Claro. Los socialistas no nos hacemos ilusiones respecto del problema con el nacionalismo catalán porque hemos visto la deriva de Artur Mas, entonces tampoco estamos proponiendo ningún bálsamo. Pero sí que creemos que hay que intentar una alternativa, porque hasta ahora el Gobierno no ha planteado ninguna más allá de utilizar el Estado de Derecho, lo cual desde luego compartimos, pero aparte de utilizar los mecanismos y las herramientas del Estado de Derecho para hacer frente al desafío de Mas, hay que plantear una alternativa política porque no podemos negar que un 48% de los catalanes que fueron a votar votaron por opciones independentistas. Y por tanto, a ese sector de la población tenemos que darles una alternativa que les haga sentirse cómodos dentro de España, y esa alternativa es la alternativa federal, que se caracteriza por un Senado territorial, un reconocimiento de la singularidad, o llevar el Senado a Barcelona.

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-El Senado, en este sentido, y los cambios que propone el PSOE, ¿podrían ayudar a rebajar la tensión?

Creemos que sí.

-¿Qué más podría hacer el Senado en el futuro de España?

Nosotros concebimos el Senado como la casa de las comunidades autónomas, que no lo es ahora. Y creemos que eso va a contribuir a reducir las tensiones territoriales porque las tensiones territoriales surgen porque se realizan negociaciones opacas entre algunas comunidades y el Gobierno central. La manera de acabar con esto es una Cámara de tipo territorial donde todo se debata de manera abierta, con luz y taquígrafos, donde se rinda cuentas ante la opinión pública, y como decía antes, que sea necesario la aprobación de los pares.

Por ejemplo, si el presidente de una comunidad autónoma ‘A’ propone una inversión en su territorio que quiere que sea financiada con el Presupuesto General del Estado tendrá que convencer a los otros 16 presidentes de las comunidades autónomas de que esa inversión está justificada y merece la pena, porque si no los otros, incluso aunque algunos sean de su mismo partido le dirán ‘no’, esa inversión es un capricho y te la pagas con el presupuesto de tu comunidad autónoma, y no con el presupuesto de la federación.

De esa manera aumentamos la transparencia, la responsabilidad, y la rendición de cuentas.

-Ahora mismo hay cerca de 200 senadores en la Cámara. Con esta propuesta, ¿pasarían a 17, uno por cada comunidad autónoma?

En nuestra propuesta lo que decimos es que son las comunidades autónomas las que tienen que nombrar los senadores, pero no hemos propuesto un número cerrado de senadores. Es verdad que el mínimo serían 17, pero quizá sean demasiado pocos porque los presidentes de las comunidades autónomas tienen muchas cosas que hacer y no pueden ser senadores a tiempo completo.

Por eso también hay otras ideas que estamos valorando, como un sistema en el que existe un mínimo de 3 senadores para las menos pobladas y un máximo de 7 para las más pobladas. De esta manera hay un cierto reflejo de la población pero no exactamente proporcional porque típicamente los Senados territoriales se intenta que haya una cierta paridad entre los territorios porque el factor poblacional se tiene más en cuenta en la Cámara de los ciudadanos, el Congreso de los Diputados.

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-¿Qué opina de las propuestas de otros partidos sobre esta Cámara? Ciudadanos, por ejemplo, quiere eliminar el Senado…

Estamos en contra. Nuestra propuesta nos parece coherente y lógica: reformarlo, no eliminarlo. Porque además creemos que la regeneración democrática no viene de la mano de cerrar instituciones, sino haciéndolas más útiles a los ciudadanos. El Senado ahora realiza una labor importante de segunda lectura, y además le queremos dar la función de representación de las comunidades autónomas. Nos parece mucho mejor que cerrarlo, que es una idea que, por cierto, Ciudadanos no ha sido el primero en proponerla. Primero la propuso el Pequeño Nicolás, luego Carmen Lomana y luego la propuso el señor Albert Rivera. No es en esa compañía en la que nosotros queremos estar.

-¿Qué supondría que se cerrase el Senado?

Supondría que tendríamos una tramitación legislativa menos rica, porque participaría menos gente y no habría esa segunda mirada, pero sobre todo el cierre supone que no estamos reformando el Estado de las autonomías en el sentido de resolver las tensiones territoriales. Cerrarlo es bastante contraproducente si lo que queremos es reducir o contribuir a resolver la crisis territorial.

-¿Por qué se entiende tan poco la labor del Senado? La labor del Congreso es más conocida y lo que ocurre en el Senado o no interesa tanto o no se conoce. Además, mucha gente tiene una visión un tanto negativa y cree que es una Cámara que no sirve para nada…¿Qué se puede hacer para solucionar eso?

Efectivamente la razón por la que existe una percepción negativa en la ciudadanía, no lo vamos a negar, sobre el Senado es porque es una institución poco conocida, mucho menos que el Congreso de los Diputados. ¿Por qué? Porque los medios de comunicación no se interesan por el Senado ya que cuando, como es normal, en el Senado existe la misma mayoría política que en el Congreso, una vez que la ley se aprueba en el Congreso al periodista no le resulta interesante ir al Senado porque va a ver una segunda aprobación por la misma mayoría política, aunque haya habido enmiendas y cambios. Salvo que las enmiendas fueran de mucho calado, al periodista no le interesa informar dos veces sobre la misma cosa.

"Valoramos distintas opciones, como que haya un sistema en el que exista un mínimo de 3 senadores para las comunicades menos pobladas y un máximo de 7 para las más pobladas"

Esa es la principal debilidad en la estrategia de comunicación del Senado. Lo que tenemos que hacer en tanto lo reformamos, porque una vez que lo reformemos y sea una Cámara territorial va a resultar mucho más interesante para los medios, porque la composición va a ser distinta que el Congreso y la dinámica ya no va a ser de una repetición en el Senado de lo que suceda en el Congreso, el Senado tiene que dar un salto cualitativo en su estrategia de comunicación.

Porque, además, es muy interesante lo que sucede en el Senado y es que, al ser una Cámara donde se pone menos atención por parte de los periodistas, curiosamente es más fácil llegar a acuerdos y alcanzar consensos en el Senado que en el Congreso de los Diputados. Y esto también se debe saber, porque el Congreso está muy bien porque es una Cámara donde se escenifican las diferencias políticas, donde se dramatiza el debate político, donde hay un contraste muy directo ente el líder de la oposición y el presidente del Gobierno, cosa que no se da en la misma medida en el Senado, pero a cambio el Senado es una Cámara en cierto modo más deliberativa y donde se alcanzan consensos muy importantes que no se acaban en el Congreso de los Diputados.

-¿Intentar contar mejor cómo se desarrolla?

Así es. Y también tenemos que hacer otra cosa, que como sabes el PP lo eliminó, que es recuperar la asignatura de Educación para la Ciudadanía porque es ahí, en ese tipo de contenidos curriculares, donde se explica la Constitución española, y también el Senado. El PP tenía un problema con esa asignatura, que no era que hablara de la Constitución o de Europa, sino el tratamiento que daba sobre los distintos tipos de familias, sobre la diversidad afectivo-sexual. Yo recuerdo haber hablado con diputados del PP que me dijeron que ellos querían mantener la asignatura eliminando esos contenidos.

Y se llevaron una gran sorpresa cuando se encontraron que el ministro Wert se cargó enteramente la asignatura, de manera que los futuros ciudadanos no es que no sepan para qué sirve el Senado, sino que no conocen cuáles son los derechos fundamentales, la Constitución, no conocen el poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, no conocen qué es la Unión Europea… Es vital recuperar una asignatura de este tipo, ojalá con un consenso mayor, de todos los grupos políticos, porque lo que no puede ser es que queremos que los jóvenes ciudadanos conozcan de memoria la tabla periódica de elementos cuando llegan a la sociedad ignoren los elementos básicos de su funcionamiento político.

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