Ganar unas elecciones generales no convierte a un político automáticamente en presidente del Gobierno. Para ello, el candidato a dirigir el Ejecutivo tiene que someterse a una sesión de investidura, en la tiene que reunir el apoyo de una mayoría del Congreso.
Pedro Sánchez puede intentar superar la investidura en primera o en segunda votación. En el primer caso, necesitaría la mayoría absoluta, que 176 votos a favor --la mitad más uno de los 350 miembros de la Cámara--, mientras que en el segundo le bastaría cosechar más Síes que Noes. Dado que el PSOE ha obtenido 123 escaños, Sánchez tendrá que recabar el apoyo y/o la abstención de los diputados de otras fuerzas políticas para revalidar su cargo como presidente.