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Miquel Iceta comparece en rueda de prensa en el Parlament de Cataluña tras ser propuesto como presidente del SenadoDavid Zorrakino - Europa Press

Las relaciones entre socialistas e independentistas arrancarán la legislatura de la peor manera posible. El veto de ERC y Junts per Catalunya a la designación del líder del PSC, Miquel Iceta, como senador autonómico coloca a los tres partidos en las antípodas del diálogo que todas las partes desean para superar el conflicto catalán, pero los soberanistas se empeñan en dinamitar.

Si no hay sorpresas y según lo ha anunciado por los respectivos partidos catalanes, el Parlament rechazará este jueves que el socialista dé el salto al Senado lo que en consecuencia supondrá bloquear que pueda aspirar la semana que viene a su presidencia, como quería el presidente Pedro Sánchez. Según lo anunciado por todos los partidos, la votación debería quedar así: 25 votos a favor de que Iceta sea senador (17 del PSC y 8 de los comuns), 40 abstenciones (36 de Cs y 4 del PP), y 65 votos en contra (31 de ERC, 30 de JxCat y 4 de la CUP).

Si el PP y Cs hubieran votado a favor se hubiera producido un empate a 65, lo que igualmente hubiera supuesto el rechazo a que Iceta sea senador, ya que el reglamento de la Cámara marca que, si una votación empata, se puede repetir hasta tres veces y, si se mantiene igual, la iniciativa se rechaza.

Iceta ha recordado este miércoles que no hay precedentes de que el Parlament vete la designación de un senador, por lo que vería una "aberración democrática" que lo hiciera ahora, y ha asegurado que, si se confirma, presentará un recurso de inconstitucionalidad por vulneración del derecho de participación política.

El primer secretario de los socialistas catalanes ha avisado al resto de partidos de la Cámara autonómica que su veto “dificultará muchas cosas de ahora en adelante”, una advertencia sobre el diálogo entre Gobierno y Generalitat que se augura muy difícil por el enfado de Sánchez, según ha explicado Iceta.

Los partidos independentistas, por su parte, han coincidido en un argumento para justificar su posición hacia Iceta, "las formas", y han afeado a Pedro Sánchez que diera por hecho que Iceta presidiría el Senado sin que antes el PSC entablara una negociación con los partidos catalanes en el Parlament.

La paradoja se da en que JxCat, ERC, Cs y el PP ofrecen entonces dos argumentos contradictorios entre ellos: por un lado JxCat y ERC justifican su rechazo a Iceta porque el socialismo avaló la aplicación del 155, mientras que, por el otro, el PP y Cs explican su abstención acusando a Iceta de ser próximo a las tesis soberanistas.

Desde el PSC, reconocen haber hablado con todos, pero no han negociado con nadie. Fuentes socialistas ya habían avanzado a Bolsamanía que no iban a entrar en el jugo de intercambiar concesiones, especialmente a ERC, a cambio de su respaldo a Iceta. “Pueden decir que Junqueras no ha podido participar en el debate electoral y que hay un juicio en marcha, pero la cuestión fundamental es que hay un derecho de nuestro grupo y un veto”, ha recriminado el líder del PSC.

De hecho ha advertido a ERC del error que a su juicio supondría votar en contra este jueves porque “los partidos del diálogo ganamos el 28-A y también ERC”, de manera que “¿cómo va a leer mucha gente el hecho de que digan que quieren diálogo y a quien lo quiere le dicen que no?”, ha cuestionado.

Desde el entorno republicano se había llegado a reivindicar una visita del socialista a los presos en Soto Del Real como un manera de allanar el camino de Iceta. “¿Cómo podemos intercambiar un apoyo por un gesto como el de visitar a los presos?”, se exclamaba el socialista en declaraciones a los medios. “Que se lo piensen muy bien”, insistía, porque el veto “dificultará muchas cosas de ahora en adelante”. Entre las reclamaciones de los independentistas figuraba, incluso, prometer que nunca más se iba a aplicar el artículo 155 de la Constitución.

VOTO SECRETO

El sistema de voto será electrónico y secreto: esto significa que cada diputado apretará desde su escaño el botón de 'sí', 'no' o 'abstención', y el panel del Parlament mostrará el resultado final pero, al ser secreto, no indicará que ha votado cada parlamentario.

El hecho de que la votación sea secreta también servirá para medir la cohesión interna del independentismo y de Cs y PP: si hubiera diputados que se desmarcaran del sentido del voto indicado, será imposible rastrear sus identidades.

Será la primera vez en 40 años desde el restablecimiento de la democracia que el Parlament rechaza dar luz verde a una propuesta de senador autonómico: hasta ahora, todos los grupos se apoyaban a sus respectivos candidatos sin poner ningún obstáculo.

De hecho, la última votación de senadores autonómicos fue en mayo de 2018, en plena aplicación del 155 y pocos meses después de que el Parlament declarara la república: ERC y JxCat votaron a los candidatos al Senado de Cs y viceversa y nadie planteó objeciones -solo hubo cuatro abstenciones, las de la CUP-.

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