El PSOE no negocia con los independentistas catalanes, aunque fuentes del partido reconocen a 'Bolsamanía' que "hay conversaciones informales" acerca del papel que, especialmente ERC, adoptará en al investidura del 22 de julio. El salto de fe de los socialistas al someterse al escrutinio del Congreso sin apoyos y con la espada de Damocles de una repetición electoral, si no logra el respaldo de la cámara, obliga a Pedro Sánchez a mirar, de nuevo, a los partidos soberanistas catalanes.
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El PSOE arrasaría si se celebraran nuevas elecciones, según el CISLas últimas declaraciones de ERC y de Junts per Catalunya han evidenciado la división que hay en ambas formaciones acerca de si abstenerse o no en la segunda votación del día 25, para propiciar una mayoría simple -más síes que noes-. El debate está muy vivo y la cúpula de los republicanos parece inclinarse a facilitar que el presidente en funciones revalide su cargo, sin imponer condiciones, y trabajar para que se produzca el diálogo político que tanto reclaman, después. Apelan al espíritu de la moción de censura a Mariano Rajoy para justificar esta decisión.
Eso sí, fuentes conocedoras de la situación exponen que la formación liderada por Oriol Junqueras, procesado por el 1-O, es más proclive a apoyar una investidura si hay gobierno de coalición con Podemos. O si el PSOE logra los apoyos del partido de Pablo Iglesias y no pacta con Ciudadanos o con el PP. Los socialistas, sin embargo, desconfían y recuerdan las dos ocasiones recientes que los republicanos se la han jugado: con la aprobación de los Presupuestos, que desencadenó en las elecciones de abril, y con el nombramiento del líder del PSC, Miquel Iceta, como presidente del Senado, que bloquearon, junto a Junts per Catalunya.
La postura de Junts per Catalunya es menos clara y el presidente del PDeCAT, que se halla dentro de la candidatura encabezada por el Carles Puigdemont, David Bonvehí, ha expresado que se plegarán a lo que decidan los miembros de su grupo parlamentario en el Congreso. El problema es que en estos momentos hay una profunda disensión entre los tres diputados presos, Jordi Sánchez, Jordi Turull y Josep Rull, que han demandado por carta que no se obstaculice que el presidente en funciones se quede en Moncloa y el resto de la bancada postconvergente, con Laura Borràs a la cabeza, que optan por votar 'no'.
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El PSOE se lo juega todo a julio y no quiere a Podemos en el Gobierno "ni en pintura"Todo este ruido que llega desde el soberanismo catalán no provoca nervios en las filas socialistas. Tampoco los genera el empecinamiento del líder de Podemos, Pablo Iglesias, en sacar adelante su propuesta de un Gobierno de coalición. El Gabinete de Sánchez da esta fórmula por descartada y no quiere ni a "Iglesias ni a nadie de Podemos" en el futuro Consejo de Ministros "ni en pintura", explican fuentes conocedoras. Aunque se la única fórmula para convencer al independentismo catalán.
Las encuestas que manejan reflejan lo que se ha visto en el CIS de este mes de julio: el PSOE arrasaría en unas nuevas elecciones, mientras que PP, Podemos y, sobre todo Vox, perderían votantes. Ciudadanos se quedaría igual. Con todo, la ventaja de 25 puntos de los socialistas ante la segunda fuerza, que pasaría a ser Ciudadanos da alas a la tesis socialista de que la investidura será en julio y sin hipotecarse con los podemitas, o no será y habrá nuevas elecciones el 10 de noviembre.
¿HAY ALTERNATIVAS A LOS INDEPENDENTISTAS?
Pero Sánchez no juega el partido sólo en el flanco izquierdo. Y, de hecho, hay una vía que el PP estaría dispuesto a a explorar junto al jefe del Ejecutivo en funciones, siempre y cuando el PSOE se rinda en Navarra. El mismo presidente de los populares, Pablo Casado, ha manifestado que se puede llegar a obtener el apoyo de Navarra Suma y puede mediar con Coalición Canaria si, a cambio, la socialista María Chivite renuncia a pactar con Bildu para gobernar en la comunidad foral.
"La suma da", insiste Casado. La investidura podría salir adelante con los votos de Unidas Podemos, el PNV, Compromís, el PRC y, también, Navarra Suma. Gracias a la suspensión de los diputados presos, que resta cuatro votos, Sánchez podría ser investido en segunda vuelta con mayoría simple. Faltará ver si el PNV lo tendría tan claro.