El PSOE encara la reunión de este jueves con ERC con el objetivo de mantener sus planes de cerrar el año político estrenando un nuevo Gobierno de coalición con Podemos. A fin de lograr la abstención de la bancada republicana en la investidura de Pedro Sánchez, los socialistas se han lanzado a una vorágine de ofertas a los republicanos, con las que esperan ir modulando las exigencias de la fuerza independentista. La más osada ha sido la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, que ha comprado las tesis del PSC y ha abierto la puerta a una reforma de la Constitución.
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Pugna interna en ERC sobre la investidura de Sánchez antes de Navidad o en 2020La idea no es nueva y fuentes del partido ya la esgrimían poco después de la moción de censura a Mariano Rajoy como una vía para solucionar la crisis catalana. Se trata de una revisión del encaje entre Cataluña y España para caminar hacia el Estado plurinacional que propone el PSC. "¿Podemos hablar de cómo Cataluña está en el marco constitucional de nuestro país? Obviamente", ha dicho Calvo, lo que concuerda con el reconocimiento de "Catalunya como nación y España como un estado plurinacional" que buscan los socialistas catalanes.
De puertas adentro, fuentes próximas confiesan, sin embargo, que este jueves, cuando se sienten a negociar con 'esquerra', irán con pies de plomo: "No pueden pillarse las manos y hacer concesiones en Cataluña que no estén preparados para extrapolar a otras Comunidades Autónomas", explican. Y, de hecho, Calvo apostillaba, a su oferta, que esta revisión de la relación entre el Estado y el Govern catalán está abierta a cualquier otra región, en una clara alusión a la reforma pendiente del Estatuto de Guernica.
La línea roja de los socialistas es el marco constitucional. No cabe hablar de autodeterminación porque no está recogida en la legalidad española, ha añadido Calvo. Fuentes consultadas cuentan que en Ferraz agitan los viejos puntos enquistados con Cataluña: la famosa disposición adicional tercera del Estatut, por la que se pagarían los atrasos de inversiones en infraestructuras y se pasaría a destinar la parte proporcional del PIB, y se miden qué competencias ceder, si es que se da alguna, para no entrar en conflicto con otras Comunidades Autónomas.
Son conscientes de que los socialistas no pueden ofrecer mucho más que lo ya contemplado en los Presupuestos Generales presentados este año que ERC rechazó, desembocando en el adelanto electoral de abril y, después, de noviembre. El Ejecutivo pondrá sobre la mesa la inyección de más de 2.200 millones de euros en infraestructuras, un incremento del 66%, que la clase económica catalana alabó en su momento por aproximarse a la aportación catalana al PIB estatal.
No descartan revisar las competencias en prisiones y educación, pero ven peligroso dejar en manos de la Generalitat la gestión de la Seguridad Social o de Hacienda, dos de las reclamaciones históricas también, desde la época de los presidents Artur Mas, primero, y Carles Puigdemont, después. Moncloa teme el enfado de los barones si se da demasiado a Cataluña y asumen que la única salida es la vía propuesta por Calvo y el PSC: revisar el Estado de las Autonomías.
En la misma línea, el ministro de Fomento y uno de los negociadores del PSOE para la investidura, José Luis Ábalos, ha afirmado este martes que su partido está dispuesto a "perfeccionar el autogobierno" de Cataluña y "mejorar" el actual sistema de descentralización español. En el PSOE se ha recuperado la vía que defiende que más autonomía es el "punto común" donde podrían encontrarse los defensores de la integridad territorial de España, entre los que está el PSOE, y los independentistas.
Estas propuestas significan una vuelta de los socialistas al documento que el Círculo de Economía elaboró a finales de mayo para precisamente mejorar el autogobierno de de la región y el funcionamiento del modelo territorial del conjunto de España. Entre ellas destacaba la elaboración de un nuevo Estatut con "rango de norma constitucional", consensuado primero en el Parlament y sometido a votación en referéndum entre los catalanes. Y los socialistas explicaron a Bolsamanía que eran "un buen punto de partida".
LA MESA DE DIÁLOGO
En lo que el partido parece enrocado es en huir de la bilateralidad que anhela el Govern catalán. La mesa de negociación queda rebajada en manos de los socialistas al diálogo "entre partidos" actual y a la mesa bilateral que contempla el Estatut, algo insuficiente para ERC. Los republicanos insisten en la autodeterminación y la amnistía, pero serían metas a largo plazo, a la luz de las diferentes declaraciones de sus altos cargos. Para la investidura, van a por un acuerdo de mínimos: que el PSOE se comprometa por escrito a "un calendario" para configurar una mesa "entre gobiernos". De lo contrario, "ERC votará no", ha asegurado el portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián.
Los socialistas no esconden su cansancio ante el hecho de que los republicanos "hayan ido añadiendo unas exigencias que sobrepasan el acuerdo inicial" y, por tanto, asumen que deben "acordar las condiciones del diálogo", explican fuentes del partido. "Este jueves sabremos si hay voluntad", redondean, aunque fuentes conocedoras de las negociaciones ya han adelantado a Bolsamanía que ERC ha decidido abstenerse. Circunscriben la postura actual a la "gesticulación necesaria para contentar a sus votantes", ya que miran a unas posibles elecciones catalanas en primavera.