- También señala que es complicado conocer "las fuerzas fundamentales que dirigen la inflación"
- En su última rueda de prensa, señaló que la evolución de los precios en EEUU era un "misterio"
La presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Janet Yellen, ha reconocido que el banco central más poderoso del mundo puede estar equivocado en lo que se refiere a sus previsiones sobre la evolución de la inflación en los últimos años y en el futuro.
"Mis colegas y yo hemos podido malinterpretar la fortaleza del mercado laboral, el grado en el que las expectativas de inflación a largo plazo es consistente con nuestro objetivo de inflación, e incluso las fuerzas fundamentales que dirigen la inflación", ha dicho Yellen en un discurso titulado 'Inflación, incertidumbre y política monetaria', pronunciado ante la 'National Association for Business Economics' de la ciudad de Cleveland, en Ohio, EEUU.
En su última rueda de prensa tras la reunión sobre política monetaria de la Fed, celebrada la semana pasada, Yellen tuvo que reconocer que la evolución de los precios en la economía estadounidense era "un misterio", ya que nadie logra explicar cómo es posible que la inflación no suba con la economía cerca del pleno empleo.
En su discurso de este martes, Yellen ha señalado la "inflación en los últimos años ha permanecido baja pese a las mejoras sustanciales del mercado laboral". Esto, en su opinión, refleja factores que pueden "desaparecer con el tiempo", aunque esta afirmación cuenta con "muchas incertidumbres, ya que las presiones bajistas sobre la inflación podrían convertirse en inesperadamente persistentes".
"Nuestra comprensión de las fuerzas que dirigen la inflación es imperfecta, y reconocemos que algo más persistente puede ser responsable de la actual subestimación de nuestro objetivo a largo plazo" del 2%
Por ello, Yellen ha señalado que la Fed debe "mantenerse alerta" y "ajustar su visión" de acuerdo a la información futura que se vaya conociendo, con el objetivo de cumplir los dos objetivos del banco central: "promover el máximo empleo y la estabilidad de los precios".
Yellen ha señalado que los dos principales indicadores que observa la Fed para sus expectativas de inflación, el gasto del consumo personal ('personal consumption expenditures - PCE) y la inflación subyacente (que excluye alimentos y energía), se ha mantenido por debajo del 2% desde 2012.
"La baja inflación sostenida no es deseable porque genera bajos tipos de interés en tiempos normales, lo cual deja poco margen para relajar la política monetaria para combatir recesiones. Además, erosiona la credibilidad de la Fed (cuyo objetivo es una inflación del 2%), lo que provoca que las expectativas de inflación se desvíen y la inflación real y la actividad económica se vuelvan más volátiles", ha explicado la banquera central.
Yellen ha reiterado que la Fed anticipa un regreso de los precios a su objetivo del 2%, pero también ha añadido que "nuestra comprensión de las fuerzas que dirigen la inflación es imperfecta, y reconocemos que algo más persistente puede ser responsable de la actual subestimación de nuestro objetivo a largo plazo. Por ello, monitorizaremos los próximos datos y estaremos listos para modificar nuestra visión según lo que conozcamos".
La presidenta de la Fed ha mencionado algunos factores que pueden explicar esas incertidumbres sobre la inflación, como que las condiciones del mercado laboral no hayan mejorado tanto como se cree. También puede ocurrir que haya fallos en los modelos tradicionales sobre las dinámicas fundamentales que dirigen la inflación. En este sentido, Yellen ha comentado que el desempleo ha vuelto a los niveles previos a la crisis, "pero esto no demuestra necesariamente que la economía esté en situación de pleno empleo, porque debido a cambios demográficos y estructurales, la tasa de paro que es sostenible hoy puede ser menor que la tasa de paro que era sostenible en el pasado".
Además, Yellen ha mencionado algunos factores que pueden escapar a los métodos econométricos que se utilizan para calibrar las expectativas de inflación, como la evolución de los precios sanitarios en EEUU, el impacto de la externalización de mano de obra en otros países como China sobre la evolución de los salarios o el aumento de la venta 'online' sobre los márgenes del comercio minorista.
Por último, Yellen tampoco ha descartado que la inflación "pueda subir más rápidamente de lo esperado" si las condiciones laborales siguen mejorando, algo que la Fed no puede descartar por completo y debe tener en cuenta a la hora de establecer su política monetaria, aunque parezca poco probable.
UN AJUSTE GRADUAL ES LO MÁS ADECUADO
El resultado de este análisis es que la Fed puede adoptar una política monetaria menos dura en el futuro para conseguir su objetivo de inflación del 2%. No obstante, en el actual escenario de incertidumbre, Yellen ha señalado que la Fed debe encontrar el equilibrio justo en el proceso de normalizar su política monetaria sin crear desequilibrios financieros.
Las incertidumbres sobre la inflación "refuerzan el caso para un aumento gradual de los ajustes (en la política monetaria). Moverse muy rápido puede provocar efectos que quizás no se hubieran producido. Una aproximación gradual es particularmente apropiada por la baja inflación y la baja tasa neutral de los fondos federales, que implica que la Fed tiene espacio limitado para bajar los intereses si la economía se viera afectada por un shock externo", ha subrayado Yellen.
"Pero también debemos tener cuidado de movernos demasiado gradualmente", ha concluido, porque "sin subidas modestas de los tipos, hay riesgo de calentamiento en el mercado laboral, que puede crear un problema de inflación difícil de solucionar, que provocaría una recesión. Una política monetaria demasiado laxa podría crear efectos adversos para la estabilidad financiera. Por ello, sería imprudente mantener la política monetaria actual hasta que la inflación vuelva al 2%".