• Ella inició el ciclo de subidas, pero la continuidad a partir de ahora será más exigente
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La presidenta de la Fed, Janet Yellen.

Janet Yellen ya está tranquila. Ha cumplido con su parte. Ella ha sido quien ha iniciado la normalización de las condiciones monetarias en EEUU. Desde febrero de 2018 será su sucesor, Jerome Powell, el encargado de continuar ese proceso. Y no se antoja una tarea fácil.

"Le deseamos la mejor de las suertes a Powell; la va a necesitar", expresa con total claridad Ian Shepherdson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics. Porque, claro, no es lo mismo heredar los tipos de interés más bajos de la historia y el balance de la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, más voluminoso de siempre y empezar a subir los primeros y reducir el segundo, como ha hecho Yellen durante sus cuatro años de mandato, que dar continuidad a ese gradual, pero progresivo, endurecimiento de las condiciones monetarias en la mayor economía del mundo. Usando un símil, ha sido Yellen quien ha empezado a inflar el globo de la retirada de los estímulos, pero ahora se lo pasa a Powell y este ya lo recibe más hinchado, con lo que el riesgo de que le explote entre las manos es mayor.

En 2014, Yellen heredó de Ben Bernanke unos tipos al 0-0,25% y un balance en los 4,5 billones de dólares. Ahora cede los primeros a Powell en el 1,25-1,50%, tras elevarlos este miércoles por tercera vez en 2017, y el segundo, en los 4,43 billones.

Usando un símil, ha sido Yellen quien ha empezado a inflar el globo de la retirada de los estímulos, pero ahora se lo pasa a Powell y este ya lo recibe más hinchado, con lo que el riesgo de que le explote entre las manos es mayor.

También le cede el tercer ciclo expansivo más largo de la historia -por ahora, porque aspira a ser el más longevo-, con 102 meses seguidos de crecimiento por el momento, caracterizado además por un crecimiento no demasiado acelerado -la Fed espera un crecimiento del 2,5% para 2018- y una inflación no demasiado caliente -1,9% para 2018-, y todo ello pese a que vaticina que el desempleo bajará el próximo año al 3,9%. Vamos, una descripción casi perfecta de lo que se conoce como economía 'goldilocks' -'Ricitos de oro'-, perfecta para el comportamiento de los activos financieros porque ni exige rápidas subidas de los tipos ni el retorno de medidas expansivas desesperadas. Con el matiz de que tan bajo paro con tan baja inflación es un puzle que no termina de encajar. Yellen, de hecho, no oculta que el conocimiento de la Fed sobre el actual comportamiento de la inflación es "imperfecto".

EL PUNTO EXACTO

El reto, por tanto, está servido para Powell, que sucederá a Yellen a comienzos de febrero, tras la reunión de política monetaria de finales de enero, en la que no se esperan cambios en los tipos ni en la estrategia de la Fed. El desafío consistirá en encontrar el punto exacto con el que seguir retirando los estímulos sin arruinar la recuperación, por hacerlo a un ritmo superior al que la economía soporta, y sin cebar nuevas burbujas ni excesos financieros, por hacerlo a un ritmo demasiado lento para lo que la economía requiere. Porque del 0 al 1,5%, que es el viaje que los tipos han hecho en EEUU con Yellen, hay un trecho, pero el caso es que a estos niveles, como la propia Fed reconoce, la política monetaria sigue siendo "acomodaticia" y los tipos de interés reales -es decir, incluyendo la inflación- todavía son negativos.

Pero elevarlos ya al 2,25%, que es donde los miembros de la entidad creen que estarán a finales de 2018, o al 3,25%, que es donde podrían estar a finales de 2020, es otra historia. Aunque estos niveles de llegada son sustancialmente inferiores a los vistos en otros ciclos alcistas de los tipos -el anterior, finalizado en 2006, acabó con el precio del dinero en el 5,25%-, ya son cotas que implican mayores costes financieros y una presión adicional para las empresas y las familias con deudas en las espaldas.

Calibrar correctamente este escenario será la misión de Powell. Y no lo tendrá nada fácil. "La etapa posterior a los estímulos, que puede mostrar un mezcla de mayor inflación, política monetaria más estricta, déficits presupuestarios más amplios y valoraciones elevadas del mercado de valores, representa un riesgo para la economía de los EEUU a finales de 2019, especialmente en el contexto de una mayor postura de comercio proteccionista", advierten los expertos de Oxford Economics.

Con un añadido: Powell no es Yellen y muchos de los miembros de la Fed serán nuevos. "La gran pregunta es qué pasará si la economía de los EEUU es golpeada por un choque en cualquier dirección, ya que Powell está menos cualificado que Yellen y la Fed en 2018 tendrá menos experiencia que la de 2017", apuntan los expertos de Danske Bank. Con el agravante de que sobre la Fed y la profunda renovación que está viviendo planeará la sombra del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la tentación de configurar un banco central a su imagen y semejanza. Y sin olvidar que Neel Kashkari y Charles Evans, que han votado en contra de subir los tipos en diciembre, serán relevados en 2018 en el Comité Federal del Mercado Abierto, el órgano de la Fed establece los tipos, por otros miembros con un perfil más duro y partidario de aumentar los intereses, como Loretta Mester o John Williams.

Ya lo avisan los analistas de Berenberg: "2018 promete ser un año excitante para la Fed, la política monetaria y la regulación financiera". No habrá que esperar mucho para comprobarlo.

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