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El presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, ha afirmado que es probable que el banco central tenga que elevar las tasas por encima del 3,5% en su lucha por devolver la inflación al objetivo del 2%. “Necesitamos tener una política algo restrictiva para reducir la demanda y aún no hemos llegado a ese nivel”, ha señalado en un evento virtual organizado por el 'Wall Street Journal'.

Williams ha reiterado que, aunque el último dato de inflación ha sido alentador, todavía sigue en unos niveles muy elevados y el enfoque de la Reserva Federal es que vuelva a bajar.

"Desde mi perspectiva en este momento, veo que necesitamos mantener una postura de política monetaria que empuje la inflación hacia abajo, alineando la demanda y la oferta (...) tomará más tiempo y continuará hasta el próximo año", ha dicho.

Para el banquero central, la inflación se situará probablemente entre el 2,5% y el 3% en 2023, lo que sugiere que una tasa de la Fed de entre el 3% y el 3,5% no frenará ni estimulará la economía.

En relación a cuánto subirá la Fed los tipos de interés en la próxima reunión de septiembre, Williams ha afirmado que la decisión dependerá de los datos entrantes, entre los que se encuentra el informe de empleo, que se conocerá este viernes, y el dato de inflación de agosto.

"También dependerá de las opiniones de los responsables de la formulación de políticas monetarias sobre cómo las tasas tendrán que subir para comenzar a moderar las presiones inflacionarias".

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ya advirtió el viernes en su discurso en Jackson Hole, que los tipos de interés iban a seguir subiendo aunque ello cause cierto dolor a la economía.

El presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, en declaraciones realizadas durante un evento en la Cámara de Comercio Regional de Huntington, en Virginia Occidental, ha hecho referencia a que el banco central haría “lo que fuera necesario” para controlar la inflación.

Barkin ha destacado que el compromiso de la Reserva Federal de subir las tasas de interés para volver a situar la inflación en su objetivo del 2% no provocará necesariamente una grave recesión económica y, en cambio, sí conllevará algunos beneficios. “No tiene que ser como la recesión de 2008. No tiene que ser calamitosa, hoy estamos desequilibrados (…) un retorno a la normalidad podría significar realmente productos en los estantes, autos en los concesionarios y restaurantes con todo el personal", ha agregado.

El presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, ha apuntado, en un ensayo publicado este martes, que si los datos macroeconómicos que se conozcan durante los próximos días muestran que la inflación se está desacelerando, la Reserva Federal podría tener motivos para "retroceder" en sus subidas de tipos de interés.

"No creo que hayamos terminado de ajustar. La inflación sigue siendo demasiado alta. Dicho esto, si los datos entrantes, si muestran claramente que la inflación ha comenzado a desacelerarse, podrían darnos una razón para volver a marcar... Tendremos que ver cómo llegan esos datos".

Bostic ha calificado el panorama general de "borroso" y ha dicho que si bien se centró en el camino de la inflación, también era consciente de que moverse demasiado agresivamente para aumentar las tasas conllevaba riesgos.

Los distintos miembros de la Fed están enviando al mercado el mensaje de que tienen la intención de continuar con los aumentos de tasas hasta que la inflación se enfríe. En las últimas dos reuniones elevaron los tipos de interés 75 puntos básicos y Powell afirmó que otro aumento inusualmente grande podría ser apropiado en la próxima reunión.

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