El tic-tac del reloj que marca la cuenta atrás del Brexit es atronador. A poco más de dos meses de la fecha límite que se dieron la Unión Europea (UE) y Reino Unido para aprobar el acuerdo de su divorcio, los nervios se dejan notar en el Parlamento, las empresas, los inversores de la City y la libra. Este fin de semana se han conocido documentos oficiales que admiten que puede haber escasez de alimentos y medicinas en caso de Brexit duro, pero el Gobierno de Boris Johnson marcha con paso tranquilo hacia el precipicio: ha firmado la orden para desligar las leyes británicas de la legislación europea.
Noticia relacionada
El Brexit duro podría provocar escasez de alimentos y medicinas en Reino UnidoEl líder conservador no ha dado muestras de que le vaya a temblar el pulso a la hora de abandonar el bloque comunitario sin ratificar el Tratado de retirada de su antecesora, Theresa May. De hecho, la ruptura con el club europeo, haya o no acuerdo, es la opción por defecto en el Parlamento británico. En febrero de 2017, la Cámara británica votó a favor de que el Gobierno aplicara el resultado del referéndum de 2016 en marzo de 2019. La prórroga aplazó el desastre pero el rechazo de Johnson a pedir un nuevo período de gracia hace que sea demasiado tarde para que los diputados rectifiquen.
Los opositores políticos del 'premier' no piensan quedarse de brazos cruzados. La facción de 'remainers' entre los 'tories' y los laboristas han iniciado movimientos para lanzar una moción de censura en septiembre, en cuanto la Cámara de los Comunes reanude la actividad parlamentaria. Los expertos recomiendan vigilar los movimientos del líder de los socialdemócratas, Jeremy Corbyn, que ha asegurado que buscará el apoyo de Westminster para echar a Johnson.
Pero aunque esta iniciativa no triunfe, los británicos tienen asumido que se dirigirán a las urnas más pronto que tarde. En Reino Unido ha crecido la especulación en torno a una convocatoria electoral justo después del 31 de octubre.
Noticia relacionada
La economía de Reino Unido se contrae por primera vez en siete añosEl otro punto caliente es la economía de Reino Unido. El PIB se contrajo en el segundo trimestre del año por primera vez en siete años. Entre abril y junio, el Producto Interior Bruto (PIB) se situó en el -0,2%, frente al crecimiento del 0,5% registrado en el primer trimestre. "No se puede negar que las cifras del PIB del Reino Unido son motivo de preocupación", apuntan desde Close Brothers Asset Management. La tónica pesismista se refleja también en el comentario de IHS Markit. "Los últimos datos revelan una economía en declive y bordeando la recesión".
El Banco de Inglaterra también rebajó en la reunión de agosto su pronóstico para la economía hasta el 1,3% para 2019 y 2020, por debajo del 1,5% y 1,6% respectivamente de sus proyecciones anteriores de mayo. Y esto, en un escenario de Brexit con acuerdo. Bajo una salida desordenada, el banco central insinúa que podría recortar los tipos y que la senda apropiada de su política monetaria dependerá del equilibrio entre los efectos del 'Brexit' en la demanda, la oferta y el tipo de cambio.
Este panorama asusta a las empresas y los gestores de la City abandonan el barco. Miles de compañías han puesto en marcha sus planes de contingencia ya que el Brexit duro complicará los trámites aduaneros. El sector servicios, que representa cerca del 80% de la economía británica, y en particular los servicios financieros, con base en la City de Londres, anticipan también turbulencias si pierden el acceso al mercado único europeo.
Algunas firmas han pasado a la acción: TP Icap, uno de los grandes intermediarios en todo el mundo, ha anunciado que este desenlace le obligará a desplazar a 60 de sus brokers fuera de Londres. Los planes de muchas de estas compañías pasan ahora por trasladar a sus brokers a oficinas situadas dentro de la propia UE, aunque pese a todo seguirán viendo a Londres como el gran ombligo financiero.
En consecuencia, el termómetro de todo el proceso de desacoplamiento, la libra, ha sufrido una brutal depreciación que la ha dejado a las puertas de adentrarse en niveles no vistos en más de tres décadas frente el dólar. Julio se convirtió en el peor mes para la libra desde octubre de 2016 y los expertos hablan de paridad de la divisa con el euro si es que se llega a producir el peor desenlace y Reino Unido abandona la UE sin un acuerdo ni período de transición este otoño.