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Las ventas minoristas de Reino Unido en febrero crecieron solo un 0,4% en comparación con el mes anterior, según ha informado este jueves la Oficina de Estadística británica (ONS). Un dato menor al aumento registrado en enero, del 0,9%, aunque mejor que el descenso del 0,4% esperado.

Este escaso aumento se produjo debido a la disminución del 1,2% de las ventas en las tiendas de alimentos, que fue compensada por el crecimiento en todos los demás sectores principales. De hecho, esta caída fue la más fuerte desde diciembre de 2016.

En términos interanuales, las ventas minoristas aumentaron un 4% en febrero, con un crecimiento en todos los sectores principales. El único sector que mostró una disminución en las ventas se dio en las tiendas de artículos para el hogar, con un 1,3% negativo. Este dato se sitúa por debajo del 4,1% registrado en enero, aunque también superó el consenso, que estimaba una subida del 3,3%.

Las ventas en las tiendas de alimentos registraron la caída más fuerte desde diciembre de 2016

Según los analistas de Pantheon Macroeconomics, creen que "las cifras de ventas minoristas de febrero muestran que la mejora de la tendencia en los salarios reales, y no la incertidumbre creada por el Brexit, es la influencia dominante en el gasto de los hogares en la actualidad. Incluso si el aumento de las ventas en febrero se revierte en marzo, los volúmenes seguirán aumentando en un 1% intertrimestral en el primer trimestre".

Esperan que el gasto de los consumidores "aumente a una tasa sólida en el segundo trimestre, siempre que se evite un Brexit sin acuerdo. El gasto de los consumidores representa dos tercios del PIB, por lo que la desaceleración de la inversión empresarial tendría que ser mucho más grave para que la economía caiga en recesión", añaden.

Por su parte, desde EY ITEM, el asesor económico Howard Archer señala que "podría existir la posibilidad de que las ventas minoristas hayan ganado un modesto aumento en febrero debido al acopio de algunas reservas de bienes por parte de los consumidores que desconfían del Brexit. También es posible que algunos consumidores adelanten sus compras en medio de la preocupación de que los precios podrían aumentar si un Brexit sin acuerdo se diera a finales de marzo, viendo que la libra esterlina podría debilitarse drásticamente".

"A los minoristas le preocupa que un Brexit sin acuerdo pueda ocurrir el 29 de marzo. Es probable que a los minoristas también les preocupe que una demora en Brexit a finales de junio (o mayo) pueda generar cautela en los consumidores y perjudicar las ventas", concluye.

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