Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea han cerrado este miércoles un acuerdo político para la reforma de las reglas fiscales de la UE que, tras cuatro años congeladas por la pandemia, vuelven a limitar la deuda y el déficit de los Estados miembro.
El pacto se ha forjado tras casi dos horas de reunión por videoconferencia y después de meses de discusiones en el seno de la UE sobre el diseño del nuevo marco de gobernanza. En la cita de este miércoles, una vez Italia ha retirado sus objeciones para contar con más margen fiscal para impulsar la transición ecológica de la industria, se ha despejado el camino al acuerdo a 27, han confirmado fuentes europeas a Europa Press.
Las nuevas reglas "darán certidumbre a los mercados financieros y reforzarán la confianza en las economías europeas", ha subrayado la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, en rueda de prensa tras llegar a un acuerdo que es "una buena noticia para Europa" y el "broche de oro" a la Presidencia española del Consejo.
Calviño ha subrayado que las reglas son más "creíbles" y "realistas" y su diseño atiende a la realidad económica tras la pandemia, que ha elevado el déficit y la deuda en todos los países de la UE. Las normas incorporan las lecciones aprendidas durante la crisis financiera y se adaptan a la situación de cada país, ha apuntado.
"Incorporan redes de seguridad para asegurar que todo el sistema es equilibrado en términos de disciplina fiscal y también de impulso al crecimiento económico", ha expuesto la vicepresidenta, insistiendo en que son "las mejores reglas posibles".
Mientras, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha hecho hincapié en que las normas preservarán la sostenibilidad de las finanzas públicas, dando espacio para la inversión e incentivar las reformas. "En un momento de importantes retos económicos y geopolíticos, no hay tiempo que perder", ha señalado el político letón en referencia a las negociaciones con el Parlamento Europeo que se lanzarán a principios de año una vez logrado el acuerdo entre los Veintisiete.
El pacto se forja tras concluir los últimos aspectos que quedaban pendientes sobre la velocidad a la que los países tienen que converger con la salvaguarda del déficit del 1,5%, que será en términos generales del 0,4% y puede llegar a flexibilizarse hasta el 0,25% si los gobiernos acreditan una serie de reformas e inversiones.
El otro punto que llegaba abierto a la videoconferencia era la desviación máxima permitida de los objetivos anuales de gasto neto, que quedarán en el 0,3% anual y el 0,6% en el total agregado del tiempo que dure el plan de ajuste.
El resto de la propuesta incluye una reducción anual del 1% del PIB para los países con una deuda por encima del 90%, como es el caso de España, mientras que plantea un ajuste del 0,5% anual para los Estados miembro con una deuda entre el 60% y el 90%.
También introduce un 'colchón fiscal' para los países con bajo déficit, pero una deuda superior al 90%, a los que pedirá reducir el déficit para tener un margen del 1,5% por debajo del límite del 3% para tener espacio para responder a posibles 'shocks' económicos, y permitiendo a los Estados miembro con una deuda inferior al 90% del PIB una reducción del déficit menor, hasta un colchón del 2%.
Por otro lado, se pedirá a los países que superen el valor de referencia del 3% de déficit, a los que se abrirá un procedimiento de déficit excesivo (EDP, por sus siglas en inglés), una senda de gasto neto corrector "coherente" con un ajuste estructural mínimo de, al menos, el 0,5% del PIB.
La víspera de la videoconferencia, Francia y Alemania anunciaron un consenso lo que una vez con las dos economías principales de la UE alineadas ha allanado que Italia se sumara al acuerdo.
REACCIONES DE LOS ESTADOS MIEMBRO
De lado de Países Bajos, la ministra de Finanzas, Sigrid Kaag, ha reivindicado que las normas dan una "base sólida para los presupuestos nacionales" insistiendo en que con el acuerdo se avanza en "una reducción de la deuda ambiciosa y sostenible" al tiempo que se fomentan las reformas. Eso sí, insiste en que deben cumplirse mejor, "lo que con demasiada frecuencia ha sido un problema en el pasado".
Mientras, el titular húngaro de Finanzas, Mihály Varga, ha valorado que el nuevo marco de gobernanza refuerza el papel de los Estados miembro frente al de la Comisión e incorpora la propuesta de Budapest de tener en cuenta el gasto en Defensa a la hora de evaluar los niveles de déficit.