- El cambio formaría parte de la estrategia de Tsipras en las negociaciones con los acreedores
- Varoufakis cosechó la animadversión de los socios y acreedores de Grecia
Algo cambió tras el referéndum del domingo en Grecia. El hasta entonces ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, presentó su dimisión, aunque seguirá en el equipo negociador. Ese mismo día, se anunció que su sustituto sería Euclid Tsakalotos, coordinador de las negociaciones y miembro del sector moderado de Syriza.
El martes, tras el primer Eurogrupo de Tsakalotos como ministro, Grecia decidió presentar al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) la petición para un tercer rescate. ¿Significa esto que algo está cambiando dentro del Gobierno griego? ¿Cómo afectará a las negociaciones el cambio dentro del Ministerio de Finanzas heleno?
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LA ESTRATEGIA DE TSIPRAS
El economista Juan Laborda apunta a que el cambio no ha sido tan profundo como parece. “Tsakalotos es muy educado en la forma pero en el fondo es duro, tiene las ideas muy claras y no va a ceder en nada”, cuenta a Bolsamanía. Laborda compara la situación con “una partida de póker”, en la que considera que Tsipras tiene muy claro qué cartas quiere jugar.
"Tsakalotos es muy educado en la forma pero en el fondo es duro, tiene las ideas muy claras y no va a ceder en nada"
Para este economista, “las cosas no son lo que aparentan”. “Varoufakis se ha retirado porque era lo que tocaba. Tsipras tiene un guión, es un papel que están haciendo”, en el que el ya exministro ha presentado unas “políticas económicas muy claras que generaron recelos”.
Javier de la Nava, profesor de Macroeconomía del Centro de Estudios Financieros (CEF), coincide en que el cambio respecto al trasfondo de las negociaciones no va a ser sustancial. Así, apunta a que el nombramiento del nuevo ministro responde a una “estrategia muy definida”. “El interlocutor y las formas del interlocutor suponen diferencias en las negociaciones, al menos de aceptación”, explica a este medio.
En cuanto al papel de Varoufakis, De la Nava coincide con Laborda en que “estaba ahí para hacer las cosas que el Gobierno tenía establecido”.
CAMBIO EN LA FORMA PERO NO EN EL FONDO
De este modo encontramos dos figuras en apariencia muy distintas: por un lado, el ego del economista Yanis Varoufakis, que en ningún momento ocultó esa superioridad con la que trataba a sus interlocutores. De la Nava apunta a que, frente a la “animadversión” que generó Varoufakis, el talante más calmado de Tsakalotos supondrá una “mejora para el conjunto de las negociaciones en sí”.
El contenido de las negociaciones seguirá dependiendo de lo que el Gobierno griego tenga establecido
Si esa mejora servirá para conseguir algo más, considera que “no necesariamente” y que el contenido de las conversaciones seguirá dependiendo de “lo que el conjunto del Gobierno griego tenga establecido”. “Puede tener algún nivel de influencia positiva pero no habrá una política diferente”.
El profesor recuerda que el nuevo Gobierno griego se ha definido por tener “una imagen diferente”, frente a la seriedad que ha caracterizado habitualmente a los mandatarios europeos. “Hay un aspecto de lenguaje corporal que puede ser más conveniente”, ya que esa amabilidad y esa “sensación de normalidad” que Tsipras se ha esforzado en transmitir suponen un “aspecto de lenguaje corporal que puede ser más conveniente”.
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EL OBJETIVO DE GRECIA
Grecia ha pasado del inmovilismo en las negociaciones a solicitar un tercer rescate. “¿Qué ha pasado en esta semana?”, se pregunta De la Nava. La respuesta es simple: el referéndum. El Gobierno griego ha recibido “apoyo desde el interior”, y apunta que no es lo mismo “entregarse con armas y bagajes tras el referéndum”.
Grecia ha puesto en entredicho la situación global de la UE y de una unión monetaria con graves defectos de diseño
Por su parte, Laborda recuerda que el objetivo de Grecia es alargar los plazos, bajar la carga mediante una quita del 30% de la deuda. Con esto, “si le quitaran la austeridad, ya vale” para el Gobierno de Syriza.
Esta situación ha generado “tensión e incertidumbre en los mercados”, apunta De la Nava, a la vez que ha puesto la “situación global de la UE en entredicho”, con una “unión monetaria que presenta graves defectos de diseño”, “muy política y muy poco económica y financiera”.
Mientras, “se nos acaba el tiempo”, en "una partida en la que no sabemos quién va a ganar pero vamos a perder todos".
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