- El yen cae a mínimos de 10 días ante el empuje del 'billete verde'
- El euro aguanta cerca de los 1,20 dólares
Dos noticias recorren el mercado de las divisas este miércoles. Por un lado, el dólar mantiene su músculo, principalmente ante el yen, después de que el apetito por el riesgo haya seguido dominando a los inversores. Por otro, la libra ha prolongado sus ganancias, ampliando los máximos de un año, hasta los 1,3315 dólares, niveles de precio que no se veían desde el 13 de septiembre de 2016. Pero el pírrico crecimiento de los salarios en el mes de agosto ha dinamitado este avance.
En cuanto al euro, ha aguantado el tipo también frente al ‘billete verde’ y ha permanecido encapsulado en un estrecho rango entre los 1,1990 y los 1,1920 dólares. La causa debe buscarse en el rendimiento de los bonos de EEUU, que ha sido neutralizado por un movimiento similar en el ‘bund’ alemán. Este miércoles, la ‘moneda compartida’ tiene ganas de reconquistar los 1,20 que abandonó al inicio de la semana y buscará motivos para seguir remontando en los datos de inflación de Alemania (1,8% anualizado), que han salido en línea con lo previsto, y en los datos de producción industrial y de empleo de la Eurozona.
Según indica Kathy Lien, fundadora de BK Asset Management, la resistencia del euro a seguir los pasos del yen o el franco suizo y rendirse al dólar es síntoma de que la moneda estadounidense empieza a mostrar cierta inconsistencia en su reciente rally. "También demuestra que el avance está impulsado por el retorno del apetito por el riesgo entre los inversores, que se deshacen de sus posiciones en las monedas refugio", matiza la experta. Así, el yen ha caído hasta su peor precio de los últimos diez días y se cambia de manos por encima de las 110,00 unidades contra su contraparte de EEUU. El Franco Suizo sigue muy cerca de sus mínimos de 11 días alcanzados el martes, en los 0,9620 francos.
LA LIBRA, A LA ESPERA DEL BOE
Pero si una divisa se impuso ayer en el mercado fue la libra. En una semana marcada por las referencias económicas en Reino Unido y por la decisión de política monetaria del Banco de Inglaterra (BoE), el auge de la inflación hasta el 2,9% catapultó a la moneda británica a su récord de un año, en los 1,3282 dólares. Este miércoles, la divisa ha alargado su figura hasta los 1,3315 dólares antes de que el pírrico incremento de los salarios haya dinamitado su avance. Ahora cae un 0,1%, en dirección hacia los 1,3250 dólares.
La moneda no se cambiaba de manos en estos niveles de precio desde septiembre de 2016. De hecho, la libra se ha mantenido durante gran parte de este año subyugada por los temores del Brexit, pero en los últimos meses, las perspectivas de que el BoE pueda mover ficha y abandonar el mínimo histórico del 0,25% en sus tipos de interés, han alimentado los largos en la divisa. Con el reciente incremento, la libra remonta más de un 10% desde sus mínimos anuales de enero, en los 1,1986 dólares.
De hecho, correcciones puntuales aparte, el análisis técnico apunta a que el cable (libra/dólar) se halla encajado "dentro de un impecable canal alcista en los últimos meses", explica José María Rodríguez, analista de Bolsamanía. "Lo lógico es esperar que las alzas en el cruce continúen hasta las inmediaciones de la importante resistencia que presenta en el hueco bajista dibujado a la baja en la sesión del 27 de junio de 2016 en los 1,3675", indica el experto.
Carney no tiene otra opción que lidiar con la inflación, Schlossberg
Por otra parte, contra el euro, la divisa de Reino Unido ha ampliado las ganancias del lunes hasta su mejor precio en un mes. El euro se ha cambiado de manos justo en el nivel de control de las 0,8990 libras, pero se ha dado la vuelta en el soporte y cae de nuevo hacia las 0,9030 unidades.
"Es realmente sorprendente como de altas están las expectativas del mercado, teniendo en cuenta que el sesgo del banco central sigue siendo claramente acomodaticio", señala Lien. Por el momento, el incremento de precios al consumo añade presión sobre la entidad gobernada por Mark Carney, que en su reunión de agosto mantuvo el voto 6-2, con un bando mayoritario a mantener los tipos. Por ahora,se prevén dos incrementos de tasas en los próximos tres años.
No obstante, tal y como apunta Boris Schlossberg, experto de BK Asset Management, "Carney no tiene otra opción que lidiar con la inflación a riesgo de amenazar la demanda de los consumidores". El informe del empleo de Reino Unido continuará dando forma a las previsiones de los inversores antes de la comparecencia del gobernador del BoE.