El negociador de la Unión Europea (UE) para el Brexit, Michel Barnier, ha lanzado este viernes un ultimátum al primero ministro británico, Boris Johnson. "Nos queda poco tiempo, solo unas pocas horas, para trabajar en estas negociaciones de manera útil si queremos que el acuerdo entre en vigor el 1 de enero", ha dicho. Ambas partes apuran las horas para tratar de alcanzar un acuerdo comercial.
Unas declaraciones que han encontrado pronta respuesta. Johnson ha dicho a los periodistas este viernes que Reino Unido quiere seguir hablando con la UE mientras haya posibilidad de lograr un acuerdo, pero también ha asegurado que las discusiones sobre el comercio "paren difíciles". Es decir, ha vuelto a enfriar la posibilidad de que Bruselas y Londres acaben acercando posturas.
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Barnier ha incidido en que se están quedando sin tiempo para acordar los términos de un acuerdo comercial post-Brexit. Lo ha hecho desde la tribuna del Parlamento Europeo, donde ha asegurado que las negociaciones han llegado "al momento de la verdad". "Hay una posibilidad de conseguir un acuerdo, pero el camino hacia tal acuerdo es muy estrecho", ha remarcado el negociador de la UE.
Pero, además, Barnier ha lanzado otro aviso a los británicos, a los que ha dicho que el acceso al mercado único de la UE estará condicionado a mantener las aguas pesqueras británicas abiertas a los barcos del bloque. Algo que choca frontalmente con lo que dijo Johnson el jueves, cuando aseguró que las negociaciones fracasarán a menos que los Veintisiete suavicen lo que ha llamado su postura "no razonable" sobre la pesca.
"Si Reino Unido quiere cortar el acceso a estas aguas a los pescadores europeos, en un momento dado, entonces la UE también tiene que mantener su derecho soberano de reaccionar o compensar ajustando las condiciones de los productos, y en particular los productos de la pesca, al mercado único", ha dicho Barnier este viernes.
Johnson, por su parte, pese a enfriar el posible acuerdo, ha asegurado que "nuestra puerta está abierta, seguiremos hablando", y que Reino Unido espera que "nuestros amigos de la UE entren en razón y vengan a la mesa con algo más".
Si hay acuerdo, eso aseguraría el comercio de bienes libres de aranceles entre Reino Unido y la UE después del 31 de diciembre, pero las disputas clave sobre temas como la pesca siguen centrando las negociaciones, y no parece que haya ningún avance al respecto.
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