No son pocas las voces que han advertido que, con permiso de la guerra comercial con China, la principal batalla que librará el presidente de los EEUU, Donald Trump, será contra un dólar fuerte. En la práctica esto se traduce en un continuo cuestionamiento de la acción de la Reserva Federal (Fed) contra quien ha vuelto a cargar el republicano por la velocidad de las subidas de tipos.
El inquilino de la Casa Blanca ya rompió la regla de no injerencia en la acción del banco central en el pasado e insistió este verano, cuando criticó las políticas del supervisor monetario. Pues como no hay dos sin tres, lo ha vuelto a hacer: a Trump no le gusta lo que está haciendo la Fed y cree que va demasiado rápido con las subidas de tipos.
El organismo presidido por Jerome Powell elevó el precio del dinero en septiembre, hasta el 2,00% a 2,25%, y despejó las dudas sobre un cuarto incremento de las tasas en diciembre. Además, indicó la posibilidad de otras tres subidas en 2019. Powell, además, ha indicado en una reciente entrevista recogida por la CNBC que el tipo de interés aún es acomodaticio, “pero que prevé llevarlo hacia el terreno neutral”. No obstante, prevé el presidente de la Fed que este sea un camino largo.
Pero Trump cree que el ritmo de normalización monetaria no es el adecuado. Aunque señala que no ha hablado con Powell al respecto, no ha dejado de expresar su desagrado por la rápida subida de las tasas. Según el republicano, la economía estadounidense no tiene un problema de inflación que justifique la acción del banco central para frenar las subidas de los precios.
El presidente estadounidense ha expresado sus temores, también, de que el banco central frene el galopante crecimiento económico del país.