- El banco central tampoco prepara el terreno para elevarlos en marzo
Sin novedades desde Washington. La Reserva Federal (Fed) no sólo ha mantenido los tipos de interés en el 0,50-0,75%, que era lo que se esperaba, sino que además, y en esto había más dudas, tampoco ha preparado el terreno para subirlos en la próxima reunión de política monetaria.
De este modo, y confirmando la impresión que ya dejó en diciembre, concede toda la iniciativa al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. A la espera que el republicano concrete su política fiscal y económica, y de calibrar el impacto que puede tener en el crecimiento y el empleo estadounidense, la entidad presidida por Janet Yellen mantiene las líneas básicas de su estrategia.
Por ahora, y con la subida de los tipos de diciembre aún caliente, ha cumplido el guión y no los ha tocado. Como tampoco ha tocado la palabra que actúa como salvoconducto de sus intenciones: gradual. Con ella sugiere que no hay motivo para acelerar la normalización de las condiciones monetarias. "El Comité espera que la evolución de las condiciones económicas sólo garantizará un incremento gradual de los tipos de interés", reitera el comunicado oficial de la entidad. "Los intereses continuarán, por un tiempo, por debajo de los niveles que se espera que prevalezcan en el largo plazo", añade para afianzar la idea de que en ningún caso caben esperarse fuertes aumentos del precio del dinero.
Si, como parece, la Fed no sube los tipos en marzo, sólo le quedarán seis reuniones en 2017 para subir los tipos tres veces, que era lo que pretendía
Para reforzar esta impresión, la decisión ha sido adoptada por unanimidad. Es decir, sin fisuras en el Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), que, como cada enero, ha estrenado su composición para 2017.
Tampoco refleja mayores presiones en su diagnóstico sobre la situación económica de EEUU. Apenas ha introducido cambios. Ha reiterado que el mercado laboral "ha continuado fortaleciéndose", que la recuperación sigue en su ritmo "moderado", que el consumo de los hogares "ha continuado creciendo moderadamente mientras la inversión empresarial sigue floja" y que la inflación permanece por debajo del objetivo del 2% y no supone una amenaza. La única novedad reside en que sí identifica que "las medidas de confianza de los consumidores y las empresas han mejorado en los últimos tiempos", con lo que sí refleja cierto impacto tras la sorprendente victoria de Trump en noviembre.
SIN NOTICIAS DE MARZO
Todo ello, en conjunto, enfría la posibilidad de que Yellen vaya a subir los tipos en la reunión de los días 14 y 15 de marzo. No ha preparado lo suficiente el terreno para adoptar una decisión así, y más teniendo en cuenta que el mercado no la esperaba, con lo que si tenía pensado hacerlo, la Fed tendría que haber aportado unas pistas más claras. "La Fed sólo actuará en marzo si los dos próximos informes de empleo son fuertes y si tiene una mayor idea de la extensión y la ejecución de la expansión fiscal", asegura Ian Shepherdson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics.
Si, como sugiere el comunicado de febrero, la Fed no mueve los tipos en marzo, el recuerdo de 2015 y 2016 volverá a resonar en 2017. Y eso que el año no ha hecho más que empezar. Tanto 2015 como 2016 comenzaron con la expectativa de que la entidad podría elevar los tipos entre tres y cuatro veces cada año; finalmente, sólo lo hizo una vez en 2015 -hasta el 0,25-0,50%- y otra más en 2016 -hasta el 0,50-0,75%-. En diciembre de 2016, además de subir los tipos, los miembros de la Fed, a través de sus pronósticos, dejaron entrever que la entidad tenía margen para elevar los intereses en tres ocasiones en 2017, algo que no se ve en EEUU desde 2006. Si no empieza a hacerlo en marzo, por delante le quedarán seis reuniones para encarecer el precio del dinero tres veces. Casi nada.
"Permanecemos escépticos acerca de que la Fed suba los tipos tres veces en 2017", confirman los expertos de Rabobank. Y añaden: "En todo caso, la trayectoria de los tipos de la Fed ha pasado a ser más Trump-dependiente que dato-dependiente". La sombra de 2015 y 2016 vuelve a alargarse sobre la Fed. Salvo que Trump lo impida.