- Los expertos creen que el plan de infraestructuras se aprobará más fácilmente que la reforma fiscal, pero alertan de los niveles de la deuda estadounidense
- China se ha quejado recientemente del incremento del sentimiento proteccionista en Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no está dispuesto a desaprovechar el impulso que le ha dado su primer triunfo legislativo, la aprobación de la reforma fiscal, y este mismo mes podría desgranar otros dos proyectos clave que suponen ahondar aún más en el espíritu de su lema, 'America first' ('América primero'), tantas y tantas veces repetido durante la campaña electoral.
Sobre la mesa parecen estar ya los detalles de su plan de infraestructuras, una de sus principales promesas electorales junto a esa reforma tributaria y la derogación de la ley sanitaria de Barack Obama (el 'Obamacare'), proyecto que supuso su primer y más sonado fracaso hasta el momento. Se podría decir que el marcador personal de Trump va ahora 'uno a uno' y que el presidente busca deshacer este 'empate' avanzando en sus planes mientras sigue lidiando con las críticas de sus detractores.
El mandatario estadounidense presentará además, también este mismo mes, un plan comercial que supone retomar sus ideas proteccionistas y que tiene en su punto de mira a China. Al menos así lo afirmaba el portal 'Politico' hace varios días, explicando que Trump dará a conocer los detalles de esta ofensiva comercial "en las próximas semanas" y que se irá más allá y se plantearán medidas concretas que Estados Unidos impondrá a China. "Los principales asesores de Donald Trump han estado luchando entre bastidores durante meses para sacar adelante su agenda comercial", señalaba la web.
Donald Trump parece dispuesto a seguir sumando logros políticos al tiempo que continúa alimentando la polémica que siempre la persigue
"AGITA EL ESPANTAJO Y LA GENTE VA DETRÁS"
Donald Trump parece dispuesto a seguir sumando logros políticos al tiempo que continúa alimentando la polémica que siempre la persigue. Esta misma semana, el presidente de Estados Unidos ha hecho unas controvertidas declaraciones sobre inmigración, refiriéndose a Haití, el Salvador y los países africanos como "países de mierda". A esto se suma el hecho de que haya cancelado la visita que tenía prevista para este mes a Londres para inaugurar la nueva embajada. Según distintos medios internacionales, la decisión se debe a su intención de evitar enfrentarse a posibles protestas. Sin embargo, el propio Trump ha manifestado en Twitter que no acude porque no acaba de estar de acuerdo con determinados aspectos de la nueva embajada, que se inaugura después de que Obama vendiera el edificio de la anterior.
Desde que hizo pública su intención de optar a la presidencia de Estados Unidos, los escándalos y las críticas han acompañado a la figura de Donald Trump. Sin embargo, lejos de intentar paliar esta situación, Trump la alimenta. "Agita el espantajo, la gente va detrás y él hace sus cosas", señala José Ramón Ferrandis, profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF), quien está convencido de que esta forma de actuar del presidente estadounidense responde a una estrategia muy estudiada. "Es un genio. Pone al otro en una situación límite. Pone las barreras de las negociaciones a los pies del de enfrente y todo el campo es para él", añade Ferrandis. En su opinión, Trump va a conseguir "un montón de cosas" por mucho que se hable de su incapacidad para sacar adelante sus planes. "Va a cumplir con buena parte de sus promesas políticas", asegura.
David Redoli, sociólogo y miembro del consejo directivo de la Asociación de Comunicación Política, no lo tiene tan claro. Sí que cree que la controvertida forma de actuar de Donald Trump puede responder a una estrategia de comunicación, pero considera que es más una estrategia basada en su forma de ser, marcada por su perfil de hombre de negocios, que un plan de márketing diseñada a tal efecto. Respecto a los avances en sus logros, Redoli suscribe la opinión, relativamente generalizada, de que Trump, de momento, no ha conseguido demasiado. "(Los logros) no son tan grandes. Si a esto se suma que tiene el índice de aprobación, por parte de la opinión pública, más bajo de la historia de entre todos los presidentes y que en su propio partido cada vez tiene más detractores...", apunta Redoli.
Si el presidente estadounidense consiguiera sacar adelante su plan de infraestructuras, contribuiría de forma sustancial a dar un giro a esa imagen que existe de él, al menos la que se refiere a su incapacidad para convertir en realidad sus promesas electorales. Ferrandis y Redoli coinciden en que este hito será menos complicado de alcanzar que la reforma fiscal porque existe consenso en Estados Unidos en que las infraestructuras están obsoletas y en que este plan es fundamental. El problema del dinero, sin embargo, está ahí. "Es un dineral, y el problema es que (Trump) va a llegar al límite de endeudamiento", advierte José Ramón Ferrandis.
Si Trump consiguiera sacar adelante su plan de infraestructuras, contribuiría de forma sustancial a dar un giro a esa imagen que existe de él, al menos la que se refiere a su incapacidad para convertir en realidad sus promesas electorales
El plan de infraestructuras de Donald Trump está cifrado en 200.000 millones de dólares. El pasado 6 de enero, el presidente se reunió en Camp David con los líderes del Congreso y dejó constancia de que este plan es prioritario en su agenda legislativa para este año. El mandatario aseguró repetidamente que la red nacional de infraestructuras se encuentra en "total abandono".
EL 'JUEGO DE LOS LÍMITES' APLICADO A CHINA
En cuanto a sus planes comerciales, que pasan por dar prioridad a los productos fabricados en Estados Unidos frente a los que se generan fuera, representan un buen ejemplo de ese 'juego de los límites' que aplica Trump en sus negociaciones. Trump lleva tiempo amenazando con fijar aranceles a los productos extranjeros, y tiene a China en su punto de mira con la 'excusa' de las prácticas comerciales desleales que estaría llevando a cabo el gigante asiático. David Redoli recuerda que China es un socio financiero fundamental de Estados Unidos y que a Trump no le va a resultar tan fácil ponerle barreras comerciales. Sin embargo, Ferrandis vuelve a apelar a la astucia del presidente estadounidense y precisa que Donald Trump aplicará métodos no arancelarios que evitarían una confrontación frontal con China pero que, sin embargo, conseguirían su objetivo de frenar la entrada de sus productos. "Basta con que fije una serie de requisitos necesarios para los productos basándose en determinados criterios, pero sin subir aranceles", explica el profesor del CEF.
China ha avisado esta semana de que el sentimiento proteccionista está aumentando en Estados Unidos y ha criticado a Washington por bloquear la compra de la firma de transferencias estadounidense MoneyGram por parte de la china Ant Financial por 1.200 millones de dólares. "Recientemente, estamos notando que las voces proteccionistas han estado aumentado en Estados Unidos", ha señalado el portavoz del Ministerio de Comercio, Gao Feng.
La noticia, que finalmente se reveló falsa, que apuntaba que China iba a "reducir o abandonar" sus compras de deuda estadounidense ha sido, según Ferrandis, un claro ejemplo de este juego de 'tomas y dacas' entre Estados Unidos y China. "Esa noticia tenía una clara finalidad, socavar la capacidad del presidente", concluye Ferrandis.