Donald Trump

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, ha salido a la palestra para tranquilizar a los mercados después de conocerse que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaba sopesando seriamente fulminar al responsable del Sistema de la Reserva Federal (más conocido como la Fed), Jerome Powell, por anunciar una subida de los tipos de interés. Mnuchin asegura que, en una conversación con Trump mantenida este sábado, éste considera que nunca sugirió su cese y cree que tampoco tiene autoridad para hacerlo.

Los principales legisladores y estrategas del mercado pasaron el sábado instando a Trump a no actuar contra Powell, según Bloomberg. Los tuits de Mnuchin, que ha hecho pública su conversación con el presidente a través de dos mensajes en Twitter, surgieron como respuesta a una breve declaración producida tres horas antes por parte de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, quien indicó que no estaba "al tanto" de "ningún plan" para echar a Powell del cargo de presidente de la Fed.

Lo cierto es que por el momento, el Gobierno estadounidense no ha tomado una posición de manera contundente y abierta sobre este caso. "Nunca sugerí despedir al presidente Jay Powell, ni creo que tenga derecho a hacerlo", dijo Trump a Mnuchin durante la supuesta reunión.

El secretario del Tesoro también ha escrito en la citada red social que Trump le ha dicho que está "totalmente en desacuerdo con la política de la Fed", y que cree que "el aumento de las tasas de interés y la reducción de la cartera de la Fed es una cosa absolutamente terrible que hacer en este momento, especialmente a la luz de mis principales negociaciones comerciales que están en curso". Sin embargo, el propio Trump, un asiduo en esto de las redes sociales, no ha disparado ningún tuit al respecto.

En cualquier caso, los propios asesores de Trump ya le han advertido de que fulminar a Powell supondría una auténtica "catástrofe", aunque creen que esta idea "se disipe durante las vacaciones de Navidad". No obstante, si nos remitimos a la experiencia, siempre que Trump se ha quejado pública o privadamente sobre los miembros de la Administración, tarde o temprano, han terminado cesados. Ha sido con el ex Fiscal General Jeff Sessions, su primer Secretario de Estado Rex Tillerson y el jefe de su gabinete John Kelly.

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