- Revisar la factura es una de las claves para saber las necesidades de nuestro hogar
- Las empresas de asesoría de hipotecas alcanzan acuerdos específicos con varios bancos para asegurar al cliente un buen precio
Con la llegada del invierno los hogares disparan el gasto de la energía. Al haber menos horas de luz natural, las bombillas de nuestros hogares se pasan las horas encendidas. Además, el frío ya ha dejado este año su carta de presentación y las calefacciones ya han comenzado a funcionar a pleno rendimiento.
En estas épocas del año, las facturas suelen dispararse debido al alto consumo de energía que se ha utilizado en nuestros hogares. Pero, ¿es posible mantener la casa perfectamente acondicionada sin que se resienta nuestro bolsillo? Según un estudio realizado por la CNMC durante el mes de octubre, el 70% de nuestro coste anual en las facturas es debido al uso de la calefacción. Otro estudio realizado por uno de los comparadores de precios en España, Certicalia, asegura que puede haber un ahorro de 200 a 1.000 euros al año si escogemos adecuadamente el tipo de energía y de facturadora.
CONTRATAR UN BUEN PLAN Y FIJARSE EN LAS FACTURAS
Una de las grandes prioridades que debemos tener en cuenta para poder ahorrarnos un buen puñado de euros en cada factura es el tipo de contratación que es más idóneo para nuestro hogar. En estas tarifas pactadas con las comercializadoras, los consumidores con derecho al PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor) pueden encontrar una diferencia que alcanza los 200 euros en la facturación anual entre la oferta más cara y la más barata incluida en el comparador de precios de la CNMC.
Ileana Izverniceanu, directora de comunicación y relaciones institucionales y Portavoz de OCU, explica que “antes de nada lo importante es saber qué es lo que tiene el cliente contratado. Es decir, si está en el mercado libre o regulado y si está en el mercado libre conocer bien la tarifa”. Además, la portavoz sugiere a los consumidores que intenten “comparar ofertas de diferentes compañías antes de contratar y mantener este hábito de forma regular con nuestros principales gastos del hogar nos puede ayudar a ahorrar significativamente”.
Con estas indicaciones que aporta, la OCU estima que puede haber un ahorro de hasta 400 euros al año sólo con elegir adecuadamente el tipo de energía en la vivienda. Por ejemplo, en un piso lo más aconsejable es utilizar gas propano canalizado (909 euros al año) mientras que para una vivienda unifamiliar lo más sensato es el gas natural (1.362 euros al año).
Otra de las claves para ahorrar dinero es echar un vistazo en las facturas la potencia regulada. La CNMC añade en su dossier que el consumidor doméstico eléctrico “suele tener contratada la tarifa regulada de una pyme (10 Kw) por defecto lo que puede ocasionar unas diferencias de entre 1.000 y 3.000 euros”. Esta práctica es habitual en los llamados “comerciales” puesto que “contratan potencia innecesaria para conseguir un bonus”, alertan las asociaciones de consumidores.
Otra de las alertas que lanza la CNMC, y que puede ocasionar un aumento de euros es el tipo de mercado al que estemos escogidos. “Estar en el mercado libre o regulado influye en las facturas y es algo que lo desconocen muchos clientes”, apostilla la directora de comunicación de OCU. En el año 2003, el mercado se liberalizó y muchos de los clientes pasaron a tener otro tipo de facturación sin el consentimiento, por lo que ha podido verse damnificado. Por este motivo las principales organizaciones insisten en revisar la factura detenidamente. En el caso del gas, la CNMC sí constata que el consumidor puede ahorrar dinero en el mercado libre.
De esta forma, pasar de ser suministrado a través de la tarifa regulada (TUR) a ser suministrado eligiendo la oferta más barata disponible en el mercado supone un ahorro para el consumidor doméstico de entre 30 y 44 euros al año, lo que representa entre un 4% y un 13% de la factura anual. Dentro del mercado libre del gas, la contratación de la oferta más cara frente a la más barata para los consumidores con derecho a la TUR es de unos 60-135 euros de facturación anual.
Ileana Izverniceanu apuesta por dos grandes ‘trucos’ para rebajar nuestra factura. “Una revisión de la potencia contratada en casa (cada kW de potencia contratado de más suponen unos 60€ al año), es primordial”, apostilla. Por otra parte, también asevera que hay que optar (salvo en situaciones excepcionales), por la tarifa con discriminación horaria. “El ahorro medio por este cambio es de unos 100 euros (siempre y cuando elija una tarifa con discriminación competitiva en el mercado libre o en el mercado regulado con el PVPC”, matiza.
DE LOS MITOS A LOS TRUCOS
Durante muchos años se han ido confeccionando algunos trucos para intentar que el ahorro de energía se produzca en nuestros hogares, y con ello que la factura llegue mucho más liviana. Pero, como en los mitos, no hay que hacer caso a todo lo que se escucha y algunas asociaciones y empresas energéticas hacen ahínco en intentar desmitificar estas prácticas.
No apagar la calefacción. Es casi infinitamente repetido el manido chascarrillo de “si te vas de casa, apaga el termostato o la llave de los radiadores”. Las organizaciones explican que este método es equívoco puesto que es mejor mantenerla encendida a una temperatura baja puesto que luego el hogar tardará en calentarse en mucho más tiempo. Lo más sensato es bajar la temperatura a 16ºC, dado que, en caso de tener que partir del apagado total, ahorraremos, según sus cálculos, un 13%. Por otra parte, Repsol también indica que es importante que una diferencia entre el exterior y el interior de más de 12 grados es poco eficiente, se trate de verano o inverno.
En ocasiones el mito alcanza a las ventanas, cuya importancia se relativiza cuando no debería ser así. Las ventanas es una de las principales armas contra el frío. Repsol indica que una cuarta parte de la energía producida en los hogares se destina a cubrir lo que se pierde por las rendijas de las ventanas. El doble acristalado puede reducir estas pérdidas en un 50%.
Al mismo tiempo, pequeñas decisiones del día a día como por ejemplo elegir entre uno u otro electrodoméstico o el tipo de bombilla, también ayudará a nuestra economía de hogar.
Los electrodomésticos se clasifican según su energía, y van desde la ‘A’ hasta la ‘G’. Pues bien, los aparatos de clase ‘A’ consume un 55% de la energía que consume un electrodoméstico medio del mismo tipo, mientras que un electrodoméstico de clase G consume un 25% más que la media.
Elegir la iluminación en nuestras casas también es un factor importante. Por eso, las diferentes asociaciones de consumidores apuestan por la utilización de las bombillas led o de bajo consumo, algo más caras en las tiendas, pero que a la larga ayudará a ver nuestra factura mucho más rebajada.
Desenchufar los electrodomésticos también condiciona nuestra factura. Según FACUA, quitar de la corriente los cargadores, los ordenadores e incluso las lavadoras o secadoras también a la factura.
A veces, la decoración es de lo más importante. Anteriormente, se explicaba que tener unas buenas ventanas influye. Pues bien, según FACUA tener alfombras y cortinas nos ayudará a no tener que derrochar energía innecesaria. Durante el invierno, tenerlas en casa en los puntos fríos puede suponer un ahorro de hasta un 25% en la factura de la calefacción.