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La presión inflacionaria subyacente de la zona euro está impulsada, principalmente, por el mercado interno. "Esperamos que el fuerte impulso de la inflación interna continúe", aseguran en Danske Bank. Y apuntan a tres razones: la fuerte demanda de los servicios, la baja tasa de desempleo y el crecimiento de los salarios.

"Si bien el impulso de la inflación general no está lejos del objetivo, las medidas subyacentes siguen siendo demasiado elevadas", dicen.

Como explican, desde mediados de 2022, los servicios recreativos han sido el principal impulsor de la inflación interna, con los restaurantes y hoteles, en particular, contribuyendo de manera significativa.

Además, señalan que el aumento de los salarios también afecta a los servicios relacionados con el mantenimiento de bienes duraderos y vivienda, aunque "la contribución de esta categoría ha estado cayendo en los últimos meses y la evolución es muy probablemente una reacción a los aumentos salariales anteriores que ahora afectan los precios de las reparaciones de bienes duraderos y vivienda", matizan.

En concreto, prevén que la presión inflacionaria de los servicios internos continúe, "dado el resurgimiento del crecimiento económico, impulsado particularmente por el sólido sector de servicios", con lo que no creen que la tasa de inflación anual alcance el 2% en los próximos 12 meses.

En julio, los últimos datos de Eurostat muestran que el Índice de Precios de Consumo (IPC) de la zona euro subió una décima, colocándose en el 2,6%, mientras que la tasa subyacente se mantuvo en el 2,9% por tercer mes consecutivo.

En cuanto a la tasa de desempleo, en junio, el paro repuntó en la eurozona al subir una décima, hasta el 6,5%, registrando el primer incremento desde septiembre de 2023. Los expertos proyectan que el desempleo se mantendrá estable y que el crecimiento salarial será sólido en el 4,4% este año y el 3,4% en 2025, "factores que contribuirán aún más a la presión inflacionaria".

Sin embargo, añaden que, "a medida que el crecimiento salarial disminuya y el efecto de la inflación rezagada en categorías de precios como salud, educación y seguros se desvanezca, esperamos que baje gradualmente y llegue al 2% en la segunda mitad del próximo año".

No obstante, si bien los niveles actuales y el impulso de la inflación interna son altos, consideran que "hay razones para creer que puede no afectar significativamente el objetivo de inflación a medio plazo del Banco Central Europeo (BCE), siempre que el crecimiento salarial se modere como se espera". Aunque "la incertidumbre sobre los factores subyacentes de la inflación interna y sus trayectorias futuras es lo que impulsa al BCE a mantener una actitud cautelosa hacia la flexibilización de su política monetaria", aseguran.

Con este panorama, en Danske Bank esperan que el BCE mantengan las políticas restrictivas en los próximos trimestres: "Que se salten la reunión de septiembre y, por lo tanto, apliquen el siguiente recorte de los tipos de interés en diciembre de este año", con tres bajadas más el año que viene.

"Esperamos que el BCE quiera ver una inflación impulsada por el mercado internamente más cercana al 2% o una mayor confianza en una convergencia hacia el objetivo antes de aplicar el próximo recorte de tipos", concluyen.

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