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BBVA

La transición de la matriz energética hacia modelos más eficientes es un objetivo compartido de forma casi unánime por los países del todo el mundo, y este proceso irá acompañado de una paulatina modernización de las infraestructuras para hacerlas más sostenibles, lo que requiere grandes dosis de inversión y puede generar también oportunidades en bolsa, como señalan los analistas de Bank of America (BofA).

Los expertos del banco subrayan "la importancia de la descarbonización de la cadena de suministro, la red, los gasoductos y el transporte para lograr la transición energética", y señalan tres maneras de sacar partido a la renovación de las infraestructuras.

En primer lugar, ponen el foco en la red eléctrica, y recuerdan que la Unión Europea "prioriza el aumento de la capacidad de transmisión con objetivos específicos para 2025 y 2030", lo que puede generar además posibilidades de expansión para las compañías del sector.

Financiar este proceso puede ser más complicado de lo que se pensaba inicialmente, ya que "por un dólar de gasto de capital que se destina a la generación de energía renovable, se requieren entre 0,70 y 0,80 dólares de gasto de capital para las redes, la distribución y la transmisión".

El segundo tipo de infraestructuras que afronta un periodo de transformación son los gasoductos, aunque no está del todo claro cómo de amplio puede ser su ciclo, y desde BofA señalan que existe un "debate entre inversores y expertos sobre si los gasoductos enfrentan un riesgo gradual de obsolescencia".

En tercer lugar, los analistas del banco señalan las oportunidades que ofrecen los aeropuertos y las autopistas, ambos inmersos en procesos para "electrificar las actividades tradicionales basadas en combustibles fósiles", mientras que, en el caso de las autopistas, puede ser necesaria la implementación de herramientas de inteligencia artificial (IA) para "sortear la congestión" de vehículos.

VENTAJAS DE LOS ACTIVOS

Además de su importancia estratégica, las infraestructuras sostenibles presentan también fortalezas como activo económico, entre las que los analistas de BofA destacan su "larga duración", ya que, por lo general, son "perpetuos o concesionados a muy largo plazo".

También destacan su "bajo riesgo de obsolescencia" debido a su reducida intensidad tecnológica, por lo que afrontan una "disrupción limitada de las nuevas tecnologías a mediano y largo plazo". Estos activos también suelen estar relacionados con "monopolios o amplios fosos económicos", y es que, por ejemplo, "es difícil construir una nueva autopista o una red de agua".

Entre sus virtudes también se encuentra una "baja elasticidad al precio", puesto que "las infraestructuras proporcionan servicios básicos a la población, como movilidad o servicios públicos que los hogares y las empresas utilizan a diario". Esta característica se complementa con su "protección contra la inflación, ya que las tarifas o los precios están de una forma u otra vinculados a la inflación".

Por último, los analistas de la firma señalan que este tipo de infraestructuras producen "flujos de caja estables", que generalmente son "muy visibles y recurrentes".

ESTRATEGIAS DE INVERSIÓN

A la hora de buscar la estrategia concreta para invertir en la modernización sostenible de las construcciones, los analistas se fijan en primer lugar en la red eléctrica, en la que "se necesitan 600.000 millones de euros de inversión de capital de aquí a 2030 para modernizar la antigua red europea".

"Las empresas de servicios públicos reguladas tienen la mayor exposición a las redes eléctricas. Otra forma de exponerse es a través de empresas proveedoras de componentes eléctricos", valoran.

En los gasoductos, los canales de distribución del gas y de hidrógeno se presentan como un punto crítico en el medio plazo, y en BofA apuntan que "convertir la infraestructura de gasoductos para transportar una mezcla de gas natural e hidrógeno (hasta un 15%) es la opción más barata, ya que no requiere modificaciones significativas de la infraestructura".

Esta opción es la más plausible para los analistas de la firma, y es que "convertir las infraestructuras de gas para suministrar hidrógeno puro requeriría modificaciones y costos más importantes".

En lo que respecta a los aeropuertos, ferrocarriles y autopistas, aseguran que las principales beneficiadas serán las empresas que contribuyan a "descarbonizar el transporte (aéreo, por carretera o ferroviario) a través de la tecnología".

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