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El edificio 'La Vela', sede del BBVA en MadridEduardo Parra - Europa Press - Archivo

El endurecimiento monetario del Banco Central Europeo (BCE) finalizará este 2023. Estas subidas de los tipos de interés dejan en el Viejo Continente un escenario económico incierto, en el que sobrevuela la posibilidad de una recesión. Sin embargo, aunque la tan temida ‘crisis’ termine llegando, un sector se mantendrá ajeno a ella: los bancos.

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"Seguimos 'sobreponderando' bancos europeos hasta 2023". Así de rotundos se muestran los analistas de Citi, que están convencidos de que las alzas de las tasas seguirán impulsando el crecimiento de los beneficios de las entidades, "con un riesgo al alza para las ganancias del consenso".

Del mismo modo, señalan el "atractivo" que presentan las perspectivas de rentabilidad del capital. "Las valoraciones siguen siendo poco exigentes (negociando a 0,9x P/TB (precio/valor en libros) por un ratio de rentabilidad RoTE agregado del 12%) y esperamos que los bancos superen la recesión de 2023 sin un deterioro material en la calidad de los activos, lo que impulsaría una recalificación".

Ante estas buenas perspectivas, en Citi realizan una recomendación sobre cuáles son sus mejores y peores opciones entre los bancos europeos.

Por el lado positivo, entre las entidades "preferidas", la lista está encabezada por BBVA. El banco español se sitúa como una de las grandes apuestas para los expertos de la firma en este año. Le siguen el banco italiano Intesa y el británico Lloyds.

En el lado "menos" bueno, desde Citi apuntan al banco neerlandés ABN, al que acompañan Banco Sabadell y la firma sueca SEB.

PERSPECTIVAS PARA LA BANCA EUROPEA

Los expertos lo tienen claro. 2023 será el año de la banca europea, que se mantendrá al margen de los riesgos y las dificultades, tanto económicas como geopolíticas, a las que se enfrente el continente.

En Scope Ratings consideran que los bancos mantendrán sus tendencias anticíclicas, es decir, la adaptación positiva de los ingresos a la subida de los tipos de interés. "En nuestro escenario base, los márgenes aumentarán significativamente, compensando con creces un comportamiento algo más débil de los ingresos por comisiones y honorarios y unas provisiones algo más elevadas", analiza Marco Troiano, responsable de instituciones financieras de la firma.

En un entorno marcado por los tipos de interés favorables, los ingresos se verán beneficiados de la expansión de los márgenes bancarios, pero "se verán cada vez menos impulsados por los beneficios artificiales de las operaciones de carry trade TLTRO", subraya Troiano.

Asimismo, el aumento de los costes de financiación mayorista también pesará sobre los ingresos. "Tras muchos años de un entorno deflacionista o, en el mejor de los casos, desinflacionista, los bancos tendrán que hacer frente a un aumento de las demandas salariales que incrementará sus bases de costes, pero también facilitará la gestión del exceso de capacidad", opinan desde Scope Ratings.

La crisis energética que asola Europa como consecuencia de la guerra en Ucrania, la alta inflación y el aumento de los costes del servicio de la deuda "provocarán la formación de nuevos NPL, lo que obligará a los bancos a dotar provisiones para insolvencias", estima Troiano. Sin embargo, estos 'vientos de cola' no supondrán un gran inconveniente para las entidades, puesto que podrán "manejarlos" en un contexto de expansión de los beneficios antes de provisiones.

En lo que respecta a los indicadores de liquidez se verán deteriorados a partir de niveles muy sólidos. "Creemos que los actuales ratios de financiación y liquidez de los bancos reflejan en parte mejoras estructurales, ya que los bancos adaptaron sus estructuras de pasivo al entorno normativo posterior a la recesión financiera global", sostienen en Scope Ratings.

El capital, por su parte, se mantendrá sólido. Frente a un escenario más incierto, en la firma alemana creen que "aumentará el control regulatorio sobre la distribución de capital y los planes de los bancos para distribuir el exceso de capital quedarán en suspenso, al menos temporalmente".

"Los bancos entran en 2023 con fuertes posiciones de capital y colchones materiales por encima de los requisitos, lo que sigue apoyando sus perfiles de crédito", sostiene Troiano.

En el caso de que el escenario macroeconómico sea más negativo de lo esperado y los riesgos y la contracción alcancen unos niveles más profundos que "anulen" el efecto de la revalorización de los activos y la incapacidad de los bancos para contener la inflación de los costes, "la rentabilidad de los bancos europeos disminuiría considerablemente y, en algunos casos, registrarían pérdidas". Sin embargo, "la erosión del capital sería limitada incluso en escenarios de tensión severa", concluye el analista.

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