El consumo, principal impulsor de la recuperación, está siendo afectado por una serie de interferencias que previsiblemente aumentarán con la llegada del invierno. Una tormenta perfecta se está acercando a la eurozona. La escasez de oferta y la inflación pueden ralentizar la salida de la crisis provocada por la pandemia. Pero, como siempre, acaba saliendo el sol y aún se espera un fuerte crecimiento del gasto en 2022.
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El crecimiento económico de la eurozona se modera otra vez en septiembre, según PMIEn el segundo trimestre del año, el consumo en la zona euro disfrutó de un sólido crecimiento del 3,7% frente a los tres meses anteriores, asumiendo el papel de principal impulsor de la recuperación económica. Los consumidores se apresuraron a aprovechar la progresiva eliminación de restricciones, la caída de las tasas de contagio de Covid-19 y la creciente cobertura de vacunas para reanudar el gasto en servicios, incluso en entornos de contacto intensivo, explican desde Oxford Economics, que vaticinan un impulso positivo en el gasto de los consumidores en el tercer trimestre.
Según los datos conocidos hasta hora, la confianza del consumidor repuntó en septiembre tras la moderación desde sus máximos de junio y se mantiene cómodamente por encima del promedio de 2019. Por su parte, la evaluación de los hogares sobre su situación financiera también se mantuvo sólida, con los consumidores de la eurozona acumulando más de 780.000 millones de euros de ahorro al final del segundo trimestre y, "aunque las principales intenciones de compra actuales aún se encuentran por debajo de los valores prepandémicos, las intenciones durante los próximos 12 meses son sólidas, por encima de los promedios de 2019", señalan en un reciente informe.
Estiman que en el tercer trimestre el consumo crecerá un 3,4% intertrimestral, añadiendo 1,7 puntos porcentuales al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) y situándose un 3% por debajo del nivel prepandémico: "Los patrones de gasto regresan lentamente a la normalidad", apuntan. Respecto a los datos minoristas, "hay más signos de normalización evidentes, pero aún queda mucho camino por recorrer", destacan, ya que las ventas de servicios muestran los efectos persistentes de la pandemia, con la facturación en alojamiento y de alimentos y bebidas todavía un 58% y un 35%, respectivamente, por debajo de los niveles prepandémicos en el segundo trimestre, a pesar de haberse recuperado en alrededor de un tercio desde su mínimo de 2020.
TRIPLE AMENAZA PARA LA RECUPERACIÓN
"Si bien la recuperación del gasto del consumidor actualmente tiene un buen impulso, nuestro pronóstico aún prevé un consumo por debajo de los niveles prepandémicos al final del tercer trimestre", auguran en Oxford Economics, que creen que la propagación de la variante Delta todavía se perfila como un importante riesgo a la baja en el invierno, "pero hay razones para un optimismo cauteloso" gracias al proceso de vacunación. Aunque con el regreso de la actividad en interiores durante los meses de invierno, los primeros signos de disminución de la inmunidad a las vacunas y el riesgo potencial de nuevas variantes se "pondrá a prueba la durabilidad de la recuperación económica", "es poco probable que esto por sí solo descarrile la recuperación del consumo", opinan.
Sin embargo, el gasto podría verse obstaculizado por un círculo vicioso de escasez de oferta peor de lo esperado que limite la oferta de bienes duraderos y contribuya al aumento de los precios, lo que desalentaría aún más el consumo, avisan. El desajuste de la oferta y la demanda es especialmente visible en el sector de la automoción de la eurozona, donde la persistente escasez de microchips pesa mucho sobre la producción. De hecho, las matriculaciones de automóviles han acumulado un déficit de 4,5 millones desde el inicio de la pandemia, a pesar de que las encuestas muestran las intenciones de compra de automóviles de los hogares por encima de los niveles prepandémicos.
"Una tormenta perfecta de tres factores adversos: aumento de contagios que frene el consumo de servicios, empuje del gasto de los consumidores a bienes duraderos y escasez de oferta junto con una inflación creciente que limita el consumo de bienes duraderos", lo que "podría impedir la recuperación del consumo", alertan los expertos, que consideran que se necesitaría una combinación particularmente severa de estos factores adversos para hacer algo más que obstaculizar la recuperación.
Creen que la mayoría de los vientos en contra son temporales, puesto que la escasez de suministro debería comenzar a disminuir gradualmente, mientras que la importancia económica de la pandemia en la eurozona debería limitarse más allá del invierno. No obstante, "la amenaza inflacionaria es la que más aguijonea: el aumento de los precios de la energía exprimirá a los consumidores en el invierno y las presiones inflacionarias parecen tener una base más amplia y sólida de lo que se esperaba inicialmente".
Por otro lado, los consumidores siguen claramente dispuestos a gastar. La tasa de ahorro dio un paso hacia la normalización en el segundo trimestre, cayendo 3,4 puntos porcentuales, hasta el 18,1% en el segundo trimestre, y en Oxford Economics vaticinan que alcanzará su valor promedio a largo plazo a principios de 2022, "antes de un período de desahorro, cuando esperamos que los hogares de la eurozona deshagan alrededor de una quinta parte del stock de ahorro excedente, impulsando el consumo en un puntos porcentual acumulado en 2022-2025".