España ha sido uno de los países europeos que más medidas fiscales ha adoptado para hacer frente a la crisis del coronavirus. De eso presume el Gobierno en sus comparecencias, aunque las críticas por parte de la oposición, los empresarios y otras organizaciones se centran en que son muchas, sí, pero menos eficaces que las que están adoptando otros países europeos. Por ejemplo, Italia, que se ha visto igual de golpeada que España por la pandemia, sí que ha suspendido el pago de impuestos, mientras que aquí el Ejecutivo solo los ha aplazado.
En concreto, el Gobierno de Giuseppe Conte en Italia ha suspendido el pago de varios impuestos y ha adoptado una serie de incentivos fiscales para los trabajadores y empresas, con el objetivo de ayudar a los contribuyentes en estos momentos tan complicados. Roma pretende así compensar la pérdida de ingresos con una medida que durará todo el tiempo que se extienda la crisis sanitaria.
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Calviño, sobre seguir cobrando impuestos: "Necesitamos ingresos porque hay gastos"En España la liquidación de impuestos trimestrales de pymes y autónomos se ha aplazado, y también se permite a las pequeñas y medianas empresas hacer lo propio con la deuda que tengan con Hacienda durante seis meses, aunque solo estarán libres de intereses de demora los tres primeros. El Gobierno defiende seguir cobrando impuestos, y ha descartado por completo una bajada, argumentando que necesita ese dinero para hacer frente al aumento del gasto que está provocando la crisis.
Italia, además, destaca por otra medida que no ha llegado a ver la luz en España: el gabinete de Conte ha creado una ayuda de 600 euros para que los padres puedan pagar el cuidado de sus hijos durante el confinamiento decretado para frenar la expansión del brote.
Así aparece recogido en la edición especial del Eurpean Fiscal Monitor elaborado por la Red de Instituciones Fiscales Independientes de la Unión Europea (EUIFIs), a la que pertenece la AIReF, que resume cuáles son las medidas adoptadas por cada país en el marco de la pandemia de Covid-19, a quién van dirigidas y por cuánto tiempo se aplicarán.
Muchas son similares a las medidas planteadas por España, como la prestación por desempleo para autónomos y trabajadores temporales, la moratoria del pago de la hipoteca, las líneas de liquidez para las empresas o los avales estatales para los créditos a empresas. Aunque en este último caso difieren las garantías que da cada Estado. Mientras que Reino Unido avala el 80% en todos los casos, en Francia depende del tipo de empresa: para las pymes alcanza el 90%, mientras que para las medianas es del 80% y para las grandes del 70%.
El Estado alemán concede avales del 80% en el caso de las grandes empresas y del 90% para las pymes, y en Italia el aval alcanza el 80% (el 90% en el caso de los reaseguros). En España el Gobierno acordó garantizar el 80% de estos préstamos en el caso de pymes y autónomos, mientras que para el resto de empresas el aval será por el 70% de la nueva financiación concedida. Y si es una renovación, el aval alcanzará el 60% de la cantidad suscrita.
SUBVENCIONES A EMPRESAS
Sin embargo, otras medidas son muy diferentes. No solo destaca la suspensión de impuestos de Italia, sino también las subvenciones a empresas que ha aprobado Alemania. El Ejecutivo de Angela Merkel ha puesto en marcha un programa de subvenciones de 50.000 millones de euros para pymes y autónomos para cubrir los gastos de funcionamiento durante tres meses. Unas ayudas que no tienen que ser devueltas.
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FMI: el Gobierno no podrá aliviar la crisis porque el despilfarro le ha dejado sin margenY Reino Unido y Francia también han puesto en marcha sendas líneas de subvenciones para pymes. En el caso galo, las pequeñas empresas con menos de 10 empleados y un volumen de negocio inferior a 2 millones de euros y que tengan una pérdida en sus ingresos superior al 70% podrán acceder a una ayuda de 1.500 euros. El Ejecutivo de Boris Johnson, por su parte, ha aprobado una subvención mientras dure la crisis para autónomos de hasta 2.500 libras esterlinas al mes y otra para las pymes con un valor imponible inferior a 51.000 libras, que tendrán derecho a una subvención en efectivo de 10.000 o 25.000 libras esterlinas.
Medidas que en España no se han impulsado. Hay una larga lista de iniciativas aprobadas, pero puede que no sean suficientes para paliar el dolor que la crisis del coronavirus está provocando al tejido empresarial, a los propios ciudadanos y a la economía. Precisamente el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer sus previsiones sobre el país hace unos días, y no dejan lugar a dudas: el Producto Interior Bruto (PIB) se contraerá un 8% este año; el paro subirá hasta el 20,8%; el déficit será el más alto desde 2012, del 9,5% (aunque los economistas lo sitúan en un récord del 15%); y la deuda subirá hasta el 113%.
El organismo que dirige Kristalina Georgieva decía que España tendrá más déficit pese a que ha tomado medidas con menos impacto en el gasto, y no podrá aliviar la crisis porque el despilfarro le ha dejado sin margen. En resumen, España no podrá adoptar unos estímulos en línea con nuestros socios europeos, lo que agravará todavía más la recesión y dificultará y retrasará la recuperación.