La población suiza ha rechazado en referéndum la propuesta popular que se votaba este domingo y que proponía que únicamente el Banco Nacional de Suiza (BNS) pudiera 'fabricar' dinero. Según el programa de la 'Iniciativa Vollgeld', esta reforma evitaría la formación de burbujas y desequilibrios en la economía transalpina, aunque sus detractores advertían del complejo experimento que supondría su aprobación.
Con un 74% de los votos en contra, según han citado varios medios suizos, esta reforma radical del sistema monetario actual proponía otorgar la capacidad de emisión de dinero al regulador central, que actualmente tan solo emite billetes y monedas que representan un 10% de la masa monetaria, con el resto de la banca limitándose a acceder y prestar los fondos que guardan de sus clientes, o aquellos que consigan a través de un préstamo de otra entidad.
Desde que naciera en 2012, esta campaña defiende lo que denomina como "soberanía monetaria", lejos del complicado engranaje que muestra el actual panorama financiero, al que solo técnicos y expertos del campo pueden acceder. La idea se basa en que el dinero en circulación sea únicamente el que los ciudadanos tocan con sus manos o guardan en sus depósitos, sin que las entidades privadas puedan crear más.
Sus detractores han tratado de explicar los peligros de tal iniciativa. El propio gobernador del banco central suizo, Thomas Jordan, tildó la campaña de "cóctel peligroso" que acabaría con la liquidez de crédito del sistema. Un escenario que los votantes han desestimado al prever mayores costes de financiación para las entidades, que probablemente habrían sido trasladados a los clientes, y mayores tipos de interés que lastrarían la capacidad de financiación de las familias. Además, los más conservadores alertaron de la poca necesidad que existe de generar en Suiza un experimento monetario que ningún país ha realizado con anterioridad, con un sistema financiero que aporta algo más del 10% del PIB nacional.