Las autoridades de Suecia han denunciado haber encontrado restos de explosivos alrededor de las fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2, lo que podría confirmar que la infraestructura fue objeto de un “flagrante sabotaje”, según señala la Fiscalía de Suecia.
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“Los análisis que se han realizado ahora muestran rastros de explosivos en varios de los objetos que se recuperaron”, ha señalado Mats Ljunqvist, el fiscal que investiga el incidente, en un comunicado. “La investigación es muy compleja y exhaustiva. La investigación en curso determinará si se puede identificar a algún sospechoso”, ha añadido.
“La cooperación con las autoridades de Suecia y otros países (Dinamarca y Alemania) ha funcionado de forma excelente. De cara a los siguientes trabajos en el marco de la investigación preliminar y las colaboraciones en marcha es importante que podamos trabajar con paz y tranquilidad”, ha sentenciado Ljungqvist.
Semanas atrás, las autoridades suecas y danesas concluyeron que las cuatro fugas presentes en los dos gasoductos Nord Stream habían sido causadas por explosiones, pero no señalaron a ningún culpable, aunque todos los ojos estaban puestos en Rusia tras los sucesivos cortes de gas realizados en la infraestructura durante el verano.
Cabe recordar que los sismólogos de Dinamarca y Suecia han dicho anteriormente que habían registrado temblores en las inmediaciones de las fugas y que las señales no se parecían a las de los terremotos.
El diario sueco ‘Expressen’ ha denunciado que falta una sección de al menos 50 metros en el Nord Stream 1 tras filmar lo que, según este medio, son las primeras imágenes públicas de los daños.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso afirmó el pasado octubre que había sido la marina británica quien había provocado las explosiones, una afirmación que Londres se apresuró a decir que era falsa y que estaba diseñada para distraer de los fracasos militares rusos en Ucrania. Asimismo, Alemania, Suecia y Dinamarca han excluido a Rusia de las investigaciones, lo que ha provocado una protesta formal de Moscú, que asegura que no reconocerá el resultado de ningún informe en el que no hayan participado.
