Las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) comenzaron a abrir a mediados de junio para la atención presencian al público. Con ellas ya a pleno rendimiento, los problemas que los afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) han venido sufriendo desde el inicio de la pandemia no se han visto subsanados del todo. Los retrasos y los fallos en el dinero cobrado siguen sucediendo.
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Recibir una prestación por debajo o por encima de lo correspondiente, seguir cobrando después de haberse incorporado al puesto de trabajo, no recibir la parte adicional por tener hijos a cargo o no haber visto aún el dinero. Son los errores a los que los afectados por un ERTE continúan enfrentándose casi cuatro meses después de haberse puesto en marcha.
Los responsables se pasan la pelota unos a otros. Desde el Ministerio de Trabajo, su cabeza, Yolanda Díaz, culpa a las empresas de no gestionar bien las solicitudes. Cometer fallos como el número de cuenta bancaria, el DNI u otros datos personales del trabajador hacen imposible recibir la prestación de manera correcta.
Mientras, desde los sindicatos aseguran que en las oficinas del SEPE falta personal, necesario para administrar el aluvión de solicitudes de prestaciones que ha traído las medidas puestas en funcionamiento para hacer frente al parón de la actividad económica con motivo del Covid-19.
Un problema que se agrava aún más en esta época de vacaciones y con la reciente firmada ampliación de los ERTE hasta finales de septiembre.
De hecho, a principios de junio el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba el contrato de Trabajo con Tragsa para la gestión de estas ayudas económicas y por el que unos 700 trabajadores se pondrían a disposición del SEPE. Es más, debido al gran número de quejas, se ha puesto a disposición de los afectados tanto el número de teléfono 900 812 400 como el correo electrónico [email protected] para recoger todas estas reclamaciones.
