- Los préstamos a familiares y amigos pueden dañar relaciones y bolsillos
Los malos hábitos relacionados con el dinero pueden ser excepcionalmente difíciles de romper, ya que en muchos casos están asociados a un problema de desconocimiento sobre las finanzas personales.
Incluso cuando tenemos las mejores intenciones y un plan financiero fuerte, estos rituales arraigados nos harán apartarnos de nuestro camino. Por este motivo, MarketWatch ha publicado una lista con los siete malos hábitos económicos que debemos romper.
1.- GASTO EMOCIONAL
Usar las compras para lidiar con otros problemas suele ser algo común, pero los impulsos emocionales no arreglan nada
Usar las compras para lidiar con otros problemas suele ser algo común, según explica Gretchen Cliburn, directora de planificación financiera de BKD Wealth Advisors, en declaraciones a MarketWatch. Pero los impulsos emocionales no arreglan nada, sino que, por el contrario, tienden a hacer las cosas peores.
Para evitar hacer compras impulsivas o emocionales, hay que establecer una serie de reglas básicas. Por ejemplo, comprar cosas sólo de una ‘lista de deseos’ que has hecho previamente en un momento de calma, no cuando intentas distraerte de la ansiedad o la tristeza. También aconseja esperar 24 horas antes de seguir adelante con una compra no planeada.
2.- PRESTAR DINERO
Aunque es admirable prestar ayuda a otros, dejar dinero a los amigos y familiares puede dañar tu bolsillo y tus relaciones personales. Puede ser difícil para la otra persona devolver lo prestado, lo que podría crear conflictos y resentimiento.
En vez de ofrecer un préstamo, hay muchas maneras de ayudar a un amigo en una situación de necesidad y mantener tu relación: busca maneras de ayudar a tu amigo a encontrar soluciones a sus problemas que no impliquen darle dinero. Por ejemplo, puedes ofrecerte a llevarlo hasta que le arreglen el coche o sugerir maneras de reducir sus gastos.
Si todavía quieres ofrecer dinero, considéralo un regalo. De esta manera, no te sentirás resentido cuando tu amigo compre ropa y zapatos en vez de devolvértelo. Si no puedes permitirte dar dinero como regalo, es mejor no prestarlo.
3.- PAGAR SIEMPRE LA CUENTA
Para algunas personas, poder pagar la cena de un amigo o una ronda de bebidas es una fuente de orgullo. Pero si vas a endeudarte o supone un gasto muy grande, has ido demasiado lejos y puede causar que tus familiares y amigos sólo quieran salir contigo porque les invitas.
4.- COMPARAR TU SITUACIÓN FINANCIERA CON LA DE OTROS
Muchas personas miden el éxito por el tamaño de sus casas o los coches que conducen, pero esta suposición es falsa. Las grandes casas y las cosas caras sólo indican cómo algunos eligen gastar su dinero, no cuánto tienen, afirma Cliburn.
Lo primero es determinar qué es importante y marcar objetivos a diez, veinte o incluso cincuenta años. Quizá quieres una casa en una determinada zona o una jubilación cómoda. “Una vez has identificado qué es más significativo para ti, haz decisiones de gasto basadas en ello”, recomienda.
5.- GASTAR TODOS TUS INGRESOS
Todo el mundo tiene que pagar facturas cada mes, pero depende de cada uno decidir en qué gasta el dinero que queda. Elegir gastarlo todo puede convertirse fácilmente en la norma, lo que habitualmente significa que no hay un colchón para imprevistos ni ahorros para la jubilación.
Cuando alguien gasta todo lo que gana, habitualmente no tiene un presupuesto, indica Derek Gabrielsen, asesor de Strategic Wealth Partners, que llama a esta conducta “el gran error que comete la gente”. Así, recomienda escribir un presupuesto que incluya provisiones mensuales para emergencias y para la jubilación.
6.- DEPENDER DE LAS TARJETAS DE CRÉDITO
A finales de 2015, la deuda de los estadounidenses con las tarjetas de crédito alcanzaba los 900.000 millones de dólares, según el análisis de CardHub a partir de los datos de la Reserva Federal. Si te has acostumbrado a vivir con deuda en tu tarjeta de crédito. Para romper el ciclo de endeudamiento, hay que dejar de usar tarjetas de crédito y marcar un presupuesto estricto.
7.- IGNORAR LO OBVIO
Si evitas mirar los cargos de tu tarjeta de crédito o los balances de tu cuenta corriente, estás viviendo en un ‘coma económico’. Puedes pensar que, si realmente no sabes cómo de malo es, los problemas se irán, pero no es cierto.
Es el momento de pedir ayuda a amigos o familiares, un consejero o un planificador financiero que evalúe tu situación financiera y desarrolle un plan para ti. Para comenzar, asegúrate de que conoces la cantidad de deudas que tienes o tus compromisos mensuales.
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