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Europa no puede cantar victoria con el gas. Ni el suministro ni los precios están garantizados, y mucho menos habrá seguridad mientras siga la guerra entre Rusia y Ucrania. Aunque la cosa parecía bastante calmada en este sentido, el último ataque de Moscú sobre un almacén ucraniano ha renovado el temor del mercado y ha disparado las advertencias de los expertos al respecto.

"La seguridad del suministro de Europa y especialmente la estabilidad de precios de la región siguen en riesgo", apuntan los estrategas de Rabobank en un reciente informe. Lo dicen tras el ataque ruso a una instalación subterránea de almacenamiento de gas en el oeste de Ucrania, y es que aunque no sufrió daños y el suministro interno de gas continuó como de costumbre, "esto demuestra una vez más" lo complicada que es la situación.

Remarcan que el operativo de Moscú se produjo en respuesta al ataque sobre varias refinerías de petróleo en Rusia. "Si bien los ataques a la capacidad de refinación de petróleo ruso son un riesgo clave para el mercado mundial del diésel, los ataques a los sitios de almacenamiento de gas ucranianos podrían desequilibrar un mercado de gas TTF que de otro modo sería tranquilo, especialmente si se ven afectados más sitios en la parte occidental del país", comentan los analistas del banco holandés.

El precio del TTF, el gas de referencia en Europa, sigue cayendo afectado por el final del período de calefacción invernal y la débil demanda industrial, que están conteniendo cualquier alza importante. Sin embargo, apunta Rabobank, los precios en marzo han sido un 4% más altos que en febrero, y ahora la atención se centra en elevar el almacenamiento durante el verano antes de que vuelva el frío.

Algo que podría complicarse tras el ataque ruso. "No se deben subestimar los daños a la infraestructura energética ucraniana y su impacto en los mercados", detallan desde el banco. Y es que "Europa dependerá en gran medida de los sitios de almacenamiento de gas ucranianos durante el verano para equilibrar su propio 'sobreabastecimiento', ya que los sitios de almacenamiento nacionales se reabastecerán rápidamente y el exceso de gas tendrá que encontrar un lugar a donde ir".

Actualmente el nivel de almacenamiento de gas en la UE está aproximadamente al 60% de capacidad, lo que significa que la demanda de bombeo de este verano será "lenta". En Rabobank recuerdan también que Ucrania ha estado ofreciendo a las empresas extranjeras condiciones beneficiosas para almacenar hasta 10.000 millones de metros cúbicos de gas en sus sitios (igual al tamaño de la capacidad de almacenamiento de Austria), de los cuales alrededor de 2.500 millones de metros cúbicos fueron adquiridos el año pasado.

Y aunque "el almacenamiento de gas en Ucrania siempre ha representado un riesgo debido a la guerra", lo cierto es que "la ubicación de sus sitios de almacenamiento en la parte occidental del país hizo que el riesgo fuera menos pronunciado". Pero ahora las cosas han cambiado, y se ha elevado el temor tras el ataque ruso, que "demuestra que sus instalaciones occidentales no son completamente seguras de usar, lo que puede hacer que las empresas sean más reacias a utilizar esta opción".

DEPENDENCIA EUROPEA

También desde Rabobank remarcan que Europa "depende aún más de los sitios de almacenamiento de Ucrania este año, ya que sus propias instalaciones corren el riesgo de llenarse al máximo de su capacidad mucho antes de la temporada invernal de calefacción". Como explican los expertos del banco, el año pasado la región logró llenar los sitios al 90% de su capacidad a finales de agosto. Este año, sin embargo, va camino de lograr ese mismo nivel ya a finales de julio.

"Con la demanda europea de gas aún estancada y el suministro de GNL en Estados Unidos aumentando con respecto al año pasado, tener sitios de almacenamiento adicionales puede ayudar a la región a evitar una caída de precios y mantener la estabilidad de precios", estiman los analistas. De hecho, recuerdan que tener un amplio suministro en los sitios de almacenamiento de Ucrania "también significa que se puede retirar ese gas primero durante los meses de invierno antes de tener que tocar el inventario en la Unión Europea". Pero la guerra con Rusia vuelve a complicarlo todo.

Rabobank, que pone el acento en que los sitios de almacenamiento ucranianos dan a Europa "mucha flexibilidad" para absorber los excedentes de oferta y manejar los déficits, remarca que si hay nuevos ataques rusos eso "podrían reinyectar parte de la volatilidad nuevamente, ya que las salidas de gas serán limitadas".

Además, dicen, la intensificación de los ataques a la infraestructura energética ucraniana "también plantea dudas sobre si los flujos de gas desde Rusia a través de Ucrania podrían detenerse antes de la finalización oficial del acuerdo de tránsito en diciembre de 2024". Hasta la fecha, alrededor de 42 millones de metros cúbicos diarios de gas están fluyendo desde Rusia a través de la entrada de Sudzha, que pasa por Ucrania y representa aproximadamente el 5% de las importaciones totales de gas de la UE.

"Como tal, no es una cantidad significativa que realmente afecte el suministro de gas de Europa, pero detener los flujos antes de que finalice el acuerdo de tránsito (junto con más ataques a los tanques de almacenamiento) aún genera mucha incertidumbre y volatilidad de precios", concluyen.

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