La creciente preocupación por los precios elevados y la inestabilidad económica generalizada ha provocado una caída de la confianza sobre las perspectivas futuras en los servicios. A pesar de ello, el sector en España mantuvo un comportamiento positivo en julio, ya que las empresas registraron otro aumento sólido de la actividad, un incremento modesto de los nuevos pedidos y de nuevo se contrató personal adicional, según muestra el índice PMI.
El Índice de Actividad Comercial ajustado estacionalmente, elaborado por S&P Global, se situó por encima del nivel de ausencia de cambios de 50 por sexto mes consecutivo en julio. Al situarse en 53,8, ligeramente por debajo de 54 registrado en junio, el índice señaló un aumento sólido, que de todas formas fue el más bajo desde marzo pasado.
Las empresas informaron que el inicio de nuevos proyectos combinado con unos niveles más altos de nuevos pedidos fueron los principales factores que respaldaron la actividad. Los nuevos pedidos se incrementaron por sexto mes consecutivo, aunque el último aumento fue modesto. Pese a que las empresas indicaron que las ventas subyacentes se mantuvieron positivas, una caída de los nuevos pedidos procedentes del extranjero (hubo algunos indicios de que las cifras del turismo siguen siendo más bajas de lo habitual) y la creciente indecisión de los clientes a la hora de comprometerse a realizar nuevos pedidos afectaron el crecimiento.
La inflación siguió siendo una preocupación importante para las empresas de servicios españolas. Aunque disminuyó desde junio hasta su mínima de seis meses, la tasa de aumento de los costes siguió siendo considerable. Las facturas de la energía y de otros suministros volvieron a ser una fuente clave de presión alcista de los precios, mientras que también hubo informes de que el aumento de los salarios se estaba sumando al alza de los gastos operativos. Las empresas volvieron a repercutir el aumento de sus precios pagados a los clientes siempre que fue posible, y los últimos datos muestran un fuerte grado de incremento de las tarifas cobradas, a pesar de que la inflación también cayó hasta su nivel más bajo desde principios de año.
Las empresas señalaron que las presiones al alza de los precios y un entorno económico y político mundial generalmente inestable tuvieron un impacto negativo en las perspectivas. Los temores de una recesión en la segunda mitad del año fueron cada vez más habituales. El resultado neto fue una caída de la confianza hasta su nivel más bajo desde agosto de 2020.
No obstante, las empresas continuaron contratando más trabajadores como parte de los esfuerzos para mantener al día las mayores cargas de trabajo. Aunque disminuyó hasta su nivel más bajo desde abril pasado, el crecimiento se mantuvo sólido y extendió la secuencia actual de incremento a dieciséis meses. También hubo algunos informes de dificultades para encontrar personal adecuadamente cualificado.
Un aumento más lento de los nuevos pedidos permitió a las empresas poner prácticamente al día las cargas de trabajo. Aunque los pedidos por completar aumentaron desde junio, el rimo de crecimiento fue marginal y el más débil observado en seis meses de niveles crecientes de pedidos pendientes de realización.
Desde S&P Global Market Intelligence comentan que "el sector servicios de España mostró un comportamiento positivo en julio y la actividad se expandió a un ritmo sólido, respaldada por niveles más altos de nuevos pedidos y una nueva creación de empleo".
A pesar de ello, "es difícil no estar un poco preocupado por el crecimiento económico en los próximos meses, ya que un análisis minucioso de los datos de la encuesta reveló algunos verdaderos problemas este mes. A medida que el repunte de la actividad relacionado con la relajación de las restricciones por la pandemia continúa desvaneciéndose, las empresas encuestadas informaron de la creciente indecisión de los clientes debido al aumento de la inflación y del temor de una recesión económica", apuntan.
De hecho, "algunas de las empresas encuestadas comentaron que las cifras del turismo, un importante motor de la economía española, están siendo generalmente más bajas de lo normal. En consecuencia, la confianza en el futuro se desplomó notablemente, registrando una fuerte caída mensual en comparación con junio, y se suma a la creciente posibilidad de que el sector se enfrente a un clima cada vez más desafiante en los próximos meses", concluyen.